cascabel
- .
- Reto: estrechame esto lazy
- Regalo de Ronny: Una bizarra aventura
- Diario de un iniciado
- SPC VS TIBURON
- SCP-ES-294
- zaraguas
Había un elefante, un león y dos jirafas en la pequeña tierra. Eran de un color rosa brillante pulido, no eran más grades que pequeño juguete pero estaban llenas de vida. El león más que ser un fiero depredado era un gatito juguetón que jugaba a las tapadas o las medidas –sin lastimar- con el resto. El elefante le gustaba su pelotita roja de plástico, pasaba horas moviéndola de un lado a otro. Y las jirafas, que siempre estaban juntas, les gustaba chapotear en su “lago” que había en su pequeña tierra. Era una imagen tierna de ver. Pero ahora no estaban jugando, estaban durmiendo. Era de “noche”, y por la noche no se puede jugar ya que no puedes ver nada en la oscuridad. Los animalitos estaban dormidos. El elefante había reclamado una de las esquinas como suya y el león dormía arriba suyo, como si fuera un gran colchón para él; y las jirafas están con los cuellos cruzados entre sí, no muy lejos de sus amigos.
Luego, de repente, se hizo de “día”. Los animalitos se despertaron, el león bajo del lomo del elefante cuando este se levantó, la jirafas extendieron su cuellos y se pararon también. Lo hicieron dificultad, sus cuerpos estaban rígidos después de haber dormido por un largo tiempo, esa fue una noche muy larga para dormir. La jirafa con el cuello más largo de las dos vi hacia arriaba, hacia la gran mujer.
Mis animalitos, mis lindos animalitos
Dijo la gran mujer que los veía desde arriba con una sonrisa. Cuando ella llegaba, el día se hacía, y cuando se iba, la noche caía en su tierra. Los animalitos caminaron sobre la tierra y la lona iniciando sus actividades diarias. El elefante fue a buscar su pelotita roja para jugar con ella. El león tras desperezarse fue a rascar y a morder uno de los árboles de plástico en miniatura que tenían. Las jirafas fueron a bañarse en el lago juntas. Algo que hacían siempre pero no parecía que se cansasen de ello.
Así trascurrieron los minutos, las horas, mientras ellos jugaban, descansaban y volvían a jugar. Algo tierno de ver. En un momento, la jirafa del cuello más largo volvió a levantar la vista y se quedo viendo a la gran mujer. Normalmente ella pasaba un rato viéndolos antes de desaparecer y la siguiente vez que volvía era para hacer la noche. Pero esta vez no se había ido, se había quedado todo el tiempo viendo sus animalitos jugar. Ella noto que su jirafa la miraba y decidió acariciarla con un dedo.
Mi jirafita, que linda es mi jirafita
La gran mujer acariciaba la cabeza liza de la jirafa. La jirafa miro sus ojos. Normalmente son ojos vividos, alegres de un violeta claro. Pero ese violeta estaba opacado por una sombra negra sobre sus ojos, y una más negra debajo de los mismos.
Mi jirafida, como me gusta mi jirafita. Mi jirafita…
La mujer repitió esta frase varias veces mientras retiraba su dedo. Su voz se convirtió en un susurro que repetía la misma oración sin parar en lenguas ya olvidadas. Se quedó hacia un largo rato mientras veía sin parpadear a la pequeña jirafa, su jirafita.
TONG
En la tierra tembló, alarmando los animalitos
TONG
La tierra volvió a temblar, confundiendo a los animalitos
TONG
No animalitos no entendían que ocurría. Eso antes nunca había pasado. El elefante se movía inquieto por el cajón. El león se escondía y refugiaba en una de las esquinas, erizado y nervioso. Y Las jirafas se giraban sobre si mismas sin saber a dónde correr o esconderse.
TONG
TONG
TONG
Los pobres animalitos lloraban con miedo ante tan aterradora situación, mientras que la gran señora seguía y seguí haciendo temblar la tierra con su cabeza, viendo y a la vez no al pánico que generaba con una sonrisa. En un momento, un objeto extraño cayó desde arriba. Era largo y negro, con una punta triangular plateada. El mismo reposaba en medio del elefante y las jirafas. El temblor había parado cuando había aparecido ¿Qué significaba eso? La jirafa de cuello largo se acerco con dudas al raro objeto pero la gran mujer lo tomo antes. Lo examino en silencio y luego examino la tierra de los animalitos con una cara inexpresiva.
Estiro la mano y agarro a la jirafa del cuello largo. Ella nunca había sido levantada solo una vez, cuando la gran mujer puso la tierra y el agua sobre la fría chapa, ella tuvo miedo mientras flotaba sobre el aire. La gran mujer la sostuvo entres sus manos, frente suya. La jirafita miró hacia los ojos de la mujer, tenidos de un gran cansancio y con una línea roja que cruzaba a un costado de su rosto.
Mi jirafita…
Dijo ella sin fuerzas antes de desplomarse sobre el suelo. La jirafita choco contra el suelo pero no se lastimo, afortunadamente. Se levando y no supo que hacer. A donde mirara, no reconocía las formas del entorno que la rodeaba, siendo mil veces más grande que todo lo que había visto. Grito llamando a sus amigos, pidiendo ayuda. Podía escuchar que lo llamaban a él también pero no sabía dónde estaban. Los busco por un largo rato pero no los haya. Sus pequeños gritos se convirtieron en lo más parecido aun llanto que podían dar los animalitos.
TOC TOC
Ese sonido recorrió la habitación desde el gran rectángulo marrón.
Vanna, soy yo, Steffano ¿estas allí?
Dijo un hombre tras el rectángulo. Al no tener respuesta, volvió a golpear y preguntar:
Vanna, ¿estas allí?
Paso un minuto antes de que el hombre decidiera entrar sin tener invitación. Al ver a al gran mujer, este entro en pánico y corrió hacia ella. La llamó y sacudió. Al despertarse, el hombre la levanto y salió corriendo de ese lugar dejando la puerta abierta. Alguien luego la cerraría con indiferencia sin dar un segundo vistazo al interior de ese lugar. Los animalitos se quedaron solos, asustados y tristes separados unos de los otros.
El hombre volvió más tarde, pero sin la gran mujer. Lo primero que hizo fue revisar la tierra de los animalitos para darse cuenta que la jirafa del cuello largo no estaba. La busco por la habitación hasta encontrarla tras el hueco donde había escondido. La jirafa primero temió cuando la agarró pero cuando lo dejo de nuevo con sus amigos, regreso su alegría. La jirafa miro hacia arriba, hacia el hombre que miraba hacia abajo con pena y lastima. Luego, el hombre suspiro y se hizo la noche.
Vos tranquilo, seguramente no sea la gran cosa.
¿Seguro?
Sí, descuida
Prefacio: El siguiente es la transcripción del registro grabado con la cámara corporal del Agente Ronald Osorio el día ██/██/20██ durante la investigación de una ubicación anómala localizada en [CENSURADO], México en compañía del Agente Ender y el Agente Alan Romero.
[INICIO DEL REGISTRO]
[Se puede observar una casa en estado de abandono en la acera opuesta a donde se encuentra Osorio]
Agt. Osorio: Bien, esa es la casa.
Agt. Ender: Bueno, hagamos esto ya muchachos.
[Los agentes descienden del auto y cruzan la calle hacia la casa. Ender se adelanta e intenta abrir la puerta sin éxito para luego forzarla hasta que esta termina cediendo. Los agentes ingresan al edificio.]
Agt. Osorio: Ah, Ender ¿Qué deberíamos buscar ahora?
Agt. Ender: Cualquier cosa que parezca rara o fuera de lugar, o un bicho feo.
[Los agentes empiezan a registrar la casa sin encontrar ninguna evidencia u objeto anómalo.]
Agt. Osorio: ¿Encontraron algo?
[Ambos agentes niegan.]
Agt. Osorio: Bueno ¿y ahora qué?
Agt. Ender: Nos vamos, hacemos el informe de que no había nada anormal y a esperar a la siguiente misión.
Agt. Romero: ¿Eso es todo?
Agt. Ender: Pues sí. Si llegara a reportase algo de nuevo aquí, mandarían esta vez gente de laboratorio para que revisen el lugar aunque si casco no encontró nada es que no había nada que encontrar. Hasta entonces, lo que paso aquí es un misterio, pero un misterio normal.
Agt. Osorio: No sé amigo, o sea si nos mandaron aquí es porque aquí hay algo ¿no?
Agt. Ender: Incluso a la Fundación se le debe pasar uno o dos casos falsos cada tanto. Tampoco te sientas mal de que tu primera misión haya sido así. Mi primera vez tampoco fue la mejor, no la disfrute para nada pero bueno, asi es la vida.
Agt. Romero: ¿Nos vamos ahora?
Agt. Ender: Sí, vámonos ya.
[Ender se adelanta y abandona la habitación que estaban registrando; Romero se acerca a Osario.]
Agt. Romero: Hey, no te sientas mal. Como dijo, no todas las misiones son emocionantes o llenas de adrenalina.
Agt. Osorio: [Suspiro] Si, lo sé, pero eso no quita que sea decepcionante.
Agt. Romero: Sí, por eso prefiero quedarme mejor en los sitios a hacer estas cosas. O son aburridas, o son una condena de muerte estas misiones.
Agt. Osorio: Ya veo… ¿hace cuánto tiempos llevas trabajando aquí?
Agt. Romero: Mmm… Ya estoy por cumplir tres meses.
[Antes de que Osorio pueda hablar, es interrumpido por los gritos de Ender.]
Agt. Ender: [Gritando] ¡Ronald! ¡Alan! ¡Vengan, encontré algo!
[Los agentes abandonan la habitación y se dirigen hacia la entrada de la casa donde encuentran a Ender en la puerta principal.]
Agt. Ender: Ya encontré lo raro.
[Los dos agentes se acercan a Ender y observan tras el portal una réplica de casa donde se encuentran.]
Agt. Romero: Me cago en la-
Agt. Osorio: Mierda, [hacia Ender] ¿ahora que hacemos?
Agt. Ender: Buena pregunta.
Agt. Osorio: ¿Cómo que “buena pregunta”? ¿Tú no era el experto en misiones especiales que decías en el auto?
Agt. Ender: Nunca antes estuve que estar en un lugar no-geometríco o así. Siempre era de buscar algo o de matar algo [Dirige su mirada hacia un costado] ¿Y tu que estás haciendo?
[Osario se gira y observa a Romero palpado y revisando su cuerpo.]
Agt. Romero: Viendo que todo esté en orden.
[Romero para de revisar su cuerpo]
Agt. Romero: Todo en orden, ¿ahora que hacemos?
Agt. Ender: Entremos y veamos si hay algo diferente aquí.
Agt. Osorio: ¿Estás seguro?
Agt. Ender: Lo más que se puede. Manténgase cerca por si acaso.
[Ender ingresa atraviesa el portal seguido unos momentos después por Romero y Osorio. Durante la revisión no encuentran discrepancias con la anterior edificación, ademas que las ventanas diregien a otra replica de la casa y una puerta blanca en un mejor estado que el resto del lugar. Al abrir la puerta, los agentes se encuentran con un espacio amplio más grande que la ubicación donde se encuentran.]
Agt. Osorio: ¿Qué creen?
Agt. Ender: Que esto puede terminar bien o muy mal, y es probable la segunda.
Agt. Romero: Entonces ¿no entramos?
Agt. Ender: Si nos quedamos aquí terminaremos muriendo de hambre, y si avanzamos puede que encontremos una salida o una muerte peor. Aunque de igual manera nuestras muertes servirán como advertencia para que la Fundación contenga este lugar. Por lo que intentemos al menos salir.
Agt. Osorio: Muy esperanzador.
Agt. Ender: Bienvenido a la Fundación, nuevo.
[Los agentes ingresan en la nueva zona la cual es un espacio amplio que se extiende en profundidad con paredes y suelo recubiertos con una piedra gris pulida. Hay una gran cantidad de columnas a los costados que se elevan hasta una altura desconocida; el techo no es visible pero una luz superior ilumina el lugar.]
Agt. Osorio: ¡Vaya!
Agt. Ender: Este lugar es gigantesco.
[Los agentes admiran el lugar por unos momentos.]
Agt. Romero: ¿Y la puerta?
[Al darse la vuelta, los agentes descubren que la puerta por donde habían ingresado había desaparecido.]
Agt. Ender: Mierda. Creo que tenemos que buscar la puerta si queremos salir de aquí.
[Los empiezan a caminar hacia una dirección de la zona, sin observar un final, por varios minutos. En un momento logran divisar algo a lo lejos; al acercarse descubren el cuerpo de un hombre atravesado por una lanza en el suelo. Cuando Ender se acerca con intenciones de examinar el cuerpo, una jabalina cae cerca suyo y rebota en el piso.]
[Los agentes desenfundan sus armas e intentan localizar a los atacantes sin éxito. Un hacha cae desde arriba sobre Osorio, quien logra esquivarla al ultimo momento. Los agentes realzan advertencias a os atacantes de rendirse o dispararían. Varios cuchillos caen desde arriba intentando herir a Ender, obligándolo a cubrirse detrás de las columnas junto con sus compañeros. Los agentes realizan varios disparos hacia arriba.]
Agt. Ender: ¡¿Pueden ver quién es?!
Agt. Osorio: ¡No! ¡Parece que salen de la nada esas cosas!
[Varias hachas golpean las columnas donde se cubren los agentes. Romero realiza unos disparos.]
Agt. Romero: ¡Corran entre las columnas!
[Los agentes empiezan correr cubriéndose entre columna en columna mientras son atacados desde arriba arrojándoles diferentes armas corto-punzantes. Continúan avanzando de este modo por casi una hora, encontrándose con otros cadaveres similares al primero con diferentes armas incrustadas en los mismos. En un punto logran divisar la puerta blanca en la pared opuesta a donde se encontraban.]
Agt. Ender: ¡¿Se les ocurre a algunos de ustedes un como de cruzar ese campo minado?!
Agt. Osorio: ¡Tengo algo!
[Osorio toma un cadáver cercano, lo levanta y lo utiliza como escudo para cruzar hasta la siguiente columna y reunirse con Ender y Romero.]
Agt. Ender: Mierda ¿crees que salga bien?
Agt. Osorio: Logré cruzar ¿o no?
[Ender maldice y toma un cadáver que estaba apoyado sobre su columna y lo levanta.]
Agt. Romero: Mierda, no hay ninguno cerca para mi.
Agt. Osorio: ¿Ves ese de alli? Yo y Ender te cubrimos, lo agarraras y nos cubres las espaldas a nosotros ¿Estamos de acuerdo?
Agt. Romero: Carajo.
Agt. Ender: ¡Vamos que se puede!
Agt. Osorio: A la cuenta de tres vamos. Uno, dos, ¡tres!
[Los agentes intentan ir lo más rápidamente posible hasta el cuerpo mientras Osorio y Ender cubren a Romero de los ataques. Romero logra tomar el cadáver y levantarlo, logrando cerrar un círculo defensivo que les permite cruzar al otro y cubrirse con las columnas opuestas. Ender se adelanta y abre la puerta, revelando un espacio oscuro y rocoso.]
Agt. Romero: Parece una cueva.
Agt. Osorio: No me da confianza entrar allí.
[Una flecha pasa cerca de Osorio, a la altura de su cabeza, y termina revotando contra el piso.]
Agt. Ender: ¡No hay de otra, entren!
[Los agentes atraviesan la puerta rápidamente y la misma se cierra detrás suyo. Hay un momento de oscuridad hasta que Ender enciende una linterna integrada en su casco, iluminado parte de la zona que aparente ser una cueva con paredes de roca irregular. Solo es visible un único camino recto que se interna en el lugar; donde se encontraba la puerta por donde ingresaron hay una pared de roca.]
Agt. Osorio: ¿Tu casco tiene linterna?
Agt. Ender: Sí, entre otras cosas.
Agt. Osorio: Útil.
Agt. Ender: Sí, lo es hsta que vez que no puedes quitartelo.
[Los agentes se toman un descanso antes de empezar a avanzar por la cueva, iluminados por la linterna de Ender sin encontrase desviaciones u otros caminos por varios minutos]
Agt. Romero: Chicos ¿sienten que los están observando?
Agt. Osorio: No, lo que estoy sintiendo ahora mismo es claustrofobia.
Agt. Romero: Quisiera discutir contigo sobre eso, pero Ender ¿puedes iluminar un momento atrás?
Agt. Ender: Bueno, pero dudo que haya algo que-
[Ender se queda paralizado en el lugar, cuando los otros dos agentes de giran logran observar una gran entidad pálida compuesta de una gran cantidad de cabezas humanas sin ojos ni boca. Los agentes quedan un momento paralizados antes de empezar a correr de forma desesperada. Mientras corren es audible como la entidad corre detrás de ellos manteniendo su ritmo. La situación se mantiene por más de treinta minutos antes de encontrarse con la puerta blanca al final de la cueva.]
[Los agentes arremeten contra la puerta intentando abrirla hasta que lo logran y la cruzan, cayendo al piso del otro lado. Osario rápidamente se levanta y cierra la puerta. Los agentes se quedan en el lugar respirando de forma agitada.]
Agt. Romero: [Agitado] ¡¿Qué mierda era eso?!
Agt. Ender: [Agitado] ¡Como mierda voy a saber!
[Cuando los agentes se recuperan, se levantan y empiezan a examinar su alrededor. Son visibles una docenas de puertas negras en el pasillo donde se encuentran los agentes. El lugar posee poca iluminación y es audible un sonido amortiguado. Osorio intenta abrir la puerta por donde entraron sin éxito. Repiten la acción con otras puertas con iguales resultados.]
[Luego los agentes deciden avanzar hacia una luz al final del pasillo. A medida que avanzan el sonido se hace mas fuerte y resulta ser una musica retumbante junto con las voses de varias personas. Por precaución se apoyan contra la pared al estar cerca de la apertura donde entra la luz, con el Ender estando al frente, seguido Osorio y luego Romero. Al llegar al borde la apertura, Ender se asoma para revisar.]
Agt. Ender: Mierda, [se gira hacia sus compañeros] esto es un burdel.
[Osorio y Romero realizan exclamaciones confusas a Ender, para luego atravesar la apertura siguiendo al mismo. Se logra visualizar una gran espacio donde al menos una docena de trabajadoras están ofreciendo sus servicios a varios clientes entre varias filas de sillones, como también meseras llevando y ofreciendo bebidas a los mismos. También es visible un escenario central vacío como una barra de bar y varios grupos de individuos reunidos al otro lado del establecimiento.]
Agt. Osorio: Mierda, en serio es un burdel.
[Los agentes quedan un momento analizando la situación en silencio.]
Agt. Osorio: Bueno… ah, Ender ¿Buscas la puerta mientras voy con Alan a ese bar y pido unas botellas de agua para nosotros?
[Los agentes se giran para ver a Romero que está claramente incómodo.]
Agt. Ender: Claro, sí, vayan.
[Los agente se dividen mientras Osorio y Romero se dirigen al bar y Ender sale de la vista.]
Agt. Osorio: Hey, hola.
[El cantinero se gira hacia el agente, el mismo utiliza una máscara negra lisa que no permite ver su rostro. Atrás de él hay una gran cantidad de botellas exhibidas y un cartel neón donde se lee “Kalmiq” junto un dibujo de una ruleta siendo girada por una mujer.]
Agt. Osorio: Ah… ¿Nos da agua?
[El cantinero permanece callado.]
Agt. Osorio: Sí, por supuesto. Tres botellas por favor.
[El cantinero sin decir palabra saca tres botellas de agua mineral de vidrio de debajo de la barra junto con dos vasos. Abre dos de las botellas y las sirve. Osorio saca su billetera y paga por la bebida. Luego de tomar el dinero, el cantinero se retira.]
[Osorio toma un sorbo del agua luego de contemplarla un momento.]
Agt. Osorio: Escucha, ¿estás bien?
[Romero se muestra visiblemente incomodo frente a la cámara, sin levantar la vista de su vaso y cambiando el peso de cuerpo entre cada pierna varias veces.]
Agt. Romero: Sí, sí, solo… No me gustan estos lugares.
Agt. Osorio: Sí, a mi tampoco.
Agt. Romero: Es que hay mucho ruido, me molesta y… hay gente con poca ropa.Agt. Osorio: Sí, sí. [pausa] A lo mejor tenemos suerte y esta es nuestra última parada y ya podemos volver.
Agt. Romero: Espero que sí.
[Los agentes permanecen en silencio sobre la barra por unos minutos hasta que logran ver a Ender acercándose a la barra.]
Agt. Osorio: ¿Tuviste suerte?
Agt. Ender: No [suspiro] Este lugar es un asco. Por allá hay básicamente un casino-barra-orgia donde no sé con qué mierda juegan, pero me da asco como para preguntar. Y lo peor, no vi ni la puerta ni salida de este zoologico.
[Mientras habla, Ender toma la botella de agua y la abre para tomar su contenido.]
Agt. Osorio: ¿Tan malo es la cosa por allí?
Agt. Ender: ¿No me crees? Ve a ver vos mismo ese zoológico, que ni cuando estaba en las calles vi tal cosa porqueria.
Agt. Osorio: No… te creo.
[Silencio.]
Agt. Romero: ¿Ahora qué?
Agt. Osorio: No sé, solo se me ocurre que la puerta este en la parte de atrás, de ese escenario. Pero, no sé [suspiro], todo esto es una mierda.
Agt. Ender: Ajá.
Mujer: Hey muchachos ¿los puedo ayudar con algo?
[Los agentes se giran para ver una mujer con un vestido negro detrás de ellos.]
Agt. Osorio: No, gracias. Estamos bien.
Mujer: ¿Seguros? Es que los notó algo decaídos pero yo podría alegrarlos.
Agt. Ender: Señora, mi amigo ya le dijo que no. Por favor, déjenos.
Mujer: Vamos, no sean malos conmigo que me pondré mal. Yo solo quiero pasar el rato con ustedes.
Agt. Ender: Señora, por favor, no toque el casco. No nos interesan sus servicios; además, yo solo le puedo pertenecer a una sola dama.
Mujer: Bueno, galán ¿y acaso también solo le perteneces a una sola puerta?
Agt. Ender: ¿Perdón?
Mujer: Una puerta blanca que cuando la abres te lleva a un lugar que antes no estaba allí ¿acaso es tuya esa puerta, cariño?
Agt. Osorio: ¿Dónde está?
Mujer: ¿Ahora si les intereso? Que interesados son ustedes, me rompen el corazón.
Agt. Osorio: Señora, por favor, díganos donde está. Si quiere hasta le pagamos.
Mujer: Tranquilo cariño. No me interesa su dinero. Como ya dije, solo quiero pasar el rato con ustedes. Así que muchachos, sígame que los llevare hasta la puerta.
[La mujer se aleja de los agentes, dirigiéndose hacia el escenario.]
Agt. Romero: ¿Es buena idea seguirla?
Agt. Ender: Tan buena como es la única idea que se me ocurre que podemos hacer ahora para salir de aquí.
[Los agentes empiezan a seguir a la mujer entre los sillones hasta un costado del escenario e ingresado por una entrada de personal. La mujer los guía hasta los vestuarios donde una docena de trabajadoras estaba esperando sentadas y se levantan al ver entrar a los agentes. La puerta blanca puede ser vista detrás de las mismas.]
Agt. Osorio: Bien, muchas gracias señora por guiarnos ¿Qué le podemos dar a cambio?
Mujer: Oh, cariño, nada importante realmente. Solo que juguemos un pequeño juego.
Agt. Osorio: ¿Un juego?
Mujer: Sí, un juego donde apostaran sus vidas.
[Silencio]
Agt. Osorio: ¿Perdón?
Mujer: Como escuchaste, un juego donde apostaran sus vidas y yo la salida de este lugar.
Agt. Ender: Señora, no diga pendejadas, no vamos a jugar ningún puto juego. Nosotros nos vamos de aquí.
Mujer: ¿Ah, sí?
Agt. Ender: Sí. Y con su permiso.
[Ender se adelanta pero las trabajadoras se colocan frente a la puerta y sacan cuchillos que mantenían ocultos. Tanto Ender como Osorio y Romero intentan desenfundar sus armas pero no las encuentran. La mujer les indican que miren atrás, al darse la vuelta logran ver varios hombres de traje armados con armas de fuego y una trabajadora que sostiene las armas de los agentes.]
Mujer: No hay manos más habilidosas que las de una mujer, ¿no les parece?
Agt. Osorio: ¡¿Qué mierda quieres?!
Mujer: Primero lo primero. Mi nombre es Venus y yo soy la dueña de este establecimiento. Y ustedes son unos intrusos que entraron por una puerta como esa a este lugar exclusivo para jugadores VIP, y esa es suficiente razon para que los mate.
Venus: Pero como soy benévola, les dará la oportunidad de poder ganar su libertad.
Agt. Ender: Vete a la mierda. No voy a jugar ningún juego contigo.
Venus: Me parece bien. No en serio, me parece bien. Si consideras que tú y tus amigos pueden superar a estas putas con cuchillos que los superan cuatro a uno, desarmados y sin quitar a los caballeros armados de aquí, adelante, la puerta esta solo cinco pasos. Si puedes dar esos pasos, abrir la puerta y cruzarla, eres libre de irte.
[Silencio]Agt. Romero: ¿Qué juego seria?
Venus: ¿Entonces aceptan?
[Hay un silencio hasta que Osorio hace señas a sus compañeros para que se acerquen.]
Agt. Osorio: Chicos, ¿saben apostar?
Agt. Romero: No.
Agt. Ender: Se varios juegos de cartas y unos trucos que me enseñaron antes.
Agt. Osorio: Yo solo se jugar al póker por un tipo que me enseño estando en espera en el ejército, pero no mucho más.
Agt. Romero: ¿No tenemos otra opción?
Agt. Osorio: Parece que no.
Agt. Ender: De acuerdo, voy [Hacia Venus] Perra, yo voy a jugar.
Venus: ¡Excelente!
[Venus realiza unos plausos y rápidamente varias trabajadoras ponen una mesa y dos sillas en el centro de la habitación. Luego colocan un vaso, una botella y varias monedas sobre la mesa]
Venus: [Sentándose] El juego es simple, nosotros iremos poniendo monedas de cinco centavos de euro por turnos en el vaso. El primero que derrame el vaso al meter su moneda pierde.
[Mientras decía lo anterior, la mujer fue llenado el vaso con el contenido de la botella hasta casi rebalsarlo.]
Agt. Ender: [Sentándose] Creo que escuche antes de este juego.
[Un individuo con atuendo de crupier ingresa y se coloca a lado de la mesa.]
Venus: Él está aquí para controlar el juego, no te preocupes por él. Entonces ¿empiezo yo? ¿O empiezas tu?
Agt. Ender: Las damas primero.
Venus: Que amable.
[Venus toma una moneda y la introduce levemente en el líquido antes de soltarla. Ender realiza la misma acción. Estas acciones se repiten por 3 turnos más hasta que es turno de Ender y debe introducir la sexta moneda en el vaso. Hay una clara tensión en el agente, sosteniedno con mas firmeza la moneda mientras la acerca al vaso. Antes de que introduzca la moneda se realiza un disparo que retumba en la habitación, aturdiendo a los presentes.]Venus: Gane.
Agt. Ender: ¿Qué?
Venus: Derramaste el vaso.
[Hay una confusión en el agente antes de que note que parte del contendió del vaso se derramo alrededor.]
Agt. Ender: Espera, no. Solté la moneda porque ese hijo de puta disparó y me asusto. No vale.
Venus: ¿Qué no vale? Habíamos dicho que el primero que derrame el vaso al meter su moneda pierde. Vos metiste tu moneda y se derramo el vaso. No importa si lo hiciste soltándola a un metro de altura o con media moneda dentro del vaso. Tu moneda lo derramo al final y acabo.
Agt. Ender: ¡¿Qué!? [gritando] ¡No me jodas! ¡Eso es trampa!Venus: ¿Y qué trampa hice yo exactamente? A ese hombre se le habrá escapado el disparo. Yo no soy experta en armas como para saber porque habrá pasado, pero yo no le indique en ningún momento que disparase. Ni menos hice que tu mano soltase la moneda, tu fuiste quien la soltó.
Agt. Ender: ¡Estupides! ¡Hiciste trampa!
Crupier: Señor, por favor, cálmese. Voy a revisar el suceso para ver si su afirmación puede ser válida o no. [Al tirador] Tu, dame tu arma.
[El tirador entrega su arma, una pistola Taurus PT 24/7, al crupier el cual empieza a revisarla e inspeccionarla. Durante la revisión el crupier comprobó que los sistemas de seguridad del arma no funcionaban y que era posible dispararla incluso con el seguro puesto.]
Crupier: Ciertamente, esta arma es claramente insegura para su uso por lo que pediré que cambie todas las armas de su personal de seguridad por otros modelos más confiables señora Venus. Pero en cuanto a la apuesta, el hecho fue un accidente por lo que el juego es valido. Por lo tanto usted es la ganadora señora Venus.
Agt. Ender: [Desesperado] ¿Qué? No puedes hablar enserio. Esto no puede valer, es trampa ¡Es trampa!
Crupier: Señor, lo lamento pero un evento ajeno al juego, como es este caso, no puede ser tomando en cuenta para validar o no una victoria. Bien puedo haber ocurrido una explosión aquí mismo, matándonos a todos. Pero si es su moneda es la que derramo el vaso y, como indican las reglas, usted es el perdedor, independiente de lo que ocurra alrededor.
Agt. Ender: No…
Venus: Lo lamento cariño, pero los accidentes ocurren. Ahora, es hora de reclamar mi premio.
Agt. Ender: Si crees que voy a caer sin pelear estas-
[Ender se interrumpe para sostenerse el pecho soltando gemidos de dolor. Los otros dos agentes rápidamente se apresuran a socorrerlo y exigir a Venus que detenga lo que esta haciendo. La situación continúa mientras el pecho del agente Ender empieza a crecer y su tono de voz empieza a ser más agudo]
Agt. Ender: ¿Qué mierda? [Ender empieza revisar su cuerpo] ¡¿Qué mierda?! [Grita consternado] ¡¿Qué mierda me hiciste?!
Venus: ¿No es claro, cariño? Te convertí en mujer.
Agt. Osorio: La puta madre que me pario.
Agt. Romero: Dios santísimo.
Agt. Ender: [Costernado] Esto no puede ser real. Esto no puede ser real.
Venus: Oh, es muy real cariño. Cuando perdiste tu vida contra mí, me volví dueña de tu ser, de tu cuerpo; y puedo hacer con él lo que quiera. Puedo venderte, matarte, venderte por trozos, hacer que mueras cuando y como quiera, y, por supuesto, prostituirte. Aunque para ese último me conviene más que tengas vagina que pene.
[Los agentes permanecen en silencio, en shock como afirmaron ellos.]
Venus: ¿Por qué no te quista ese casco horrendo y me muestras el nuevo rosto que acabo de obtener?
Agt. Ender: No, no, no. Aunque pudiera quitarlo, no lo haria, ni loco.
Crupier: Lo lamento señora, pero ahora usted es propiedad legal de la señora Venus como el resto de sus chicas de la compañía.
Agt. Osorio: Espera, eso significa que…
[Los agentes empiezan a observar a las trabajadoras presentes en el lugar.]
Venus: Una parte, no todas. Solo los hombres que perdieron contra mí. Pero escucha, si te hace sentir mejor, cuando recibo a una clienta VIP, les dejo volver a ser hombres a algunos de ustedes por un rato. Si te portas bien y trabajas duro, puedes ser una de las escogidas.
[Ender cae de rodillas al suelo mientras tiene arcadas. Se puede observar una cara de satisfacción en Venus.]
Venus: Bien, ahora ¿Quién de ustedes sigue?
[Ninguno de los agentes responde. Se escucha las respiraciones aceleradas de Osorio y cuando se gira para ver a Romero este cubierto de sudor y con una expresión de miedo mientras apreta los dientes. Tras unos minutos, Osorio responde.]
Agt. Osorio: Yo voy a jugar.
Agt. Romero: ¿Qué?
Agt. Ender: ¿Qué? Ronald ¡No! ¡No lo hagas!
Agt. Osorio: Tengo que hacerlo, o ninguno de nosotros va salir de aquí vivo.
Agt. Ender: ¡No! Ronald escúchame [agarra a Osorio], yo antes de la Fundación he estado en la calle trabajando como luchador callejero. He visto muchas cosas en esa vida y entre ellas las mujeres que terminaron trabajando en prostíbulos. El como estaban, el como salían luego de que un hijo de puta pagara para que las violara. Te digo sin mentirte que prefería morir ahora antes que terminar como una de ellas.
[Una botella impacta contra la cabeza de Ender y este cae al piso]
Venus: [Molesta] No me compares con un putero. Yo le gane este lugar a un gordo de mierda al cual lo matara a golpes cuando su vida me perteneció. Yo convertí este puto lugar de un burdel para perdedores sin dinero en uno de los establecimientos más lucrativos y con renombre que recibe a los mejores jugadores de la organización y tiene a las mejores mujeres de todas. Y no voy a dejar que vos ni nadie hable mal de mi perra.
Agt. Ender: ¡Me importa una mierda lo que quieras perra de mierda!
Venus:¨ Con que quieres empezar con mal pie este trabajo ¿O no, perra?
[Ender se levanta e intenta abalanzarse sobre Venus pero es detenido por Osorio]
Agt. Osorio: Tranquilo amigo, voy a recuperarte y saldremos de aquí.
Agt. Ender: ¿Cómo?
Agt. Osorio: [Hacia Venus] Voy a apostar mi vida para recuperar la de Ender y volver a casa.
Venus: Mmm… Tu vida no vale tanto. Podes jugar por la vida de tu amigo, o jugar para salir de aquí, pero no jugar por las dos cosas a a la vez. Yo no voy a apostar las dos sino veo un valor equivalente en el juego.
Agt. Osorio: ¿Y qué sería un “valor equivalente” para ti?
Venus: [Pensando] Tu vida y la de tu amigo juntas o tu nombre.
Agt. Osorio: ¿Mi “nombre”?
Venus: Sí, digamos que tener el nombre de una persona tiene más valor y poder que obtener su vida o su alma de la misam. Es algo más grande que esas dos cosas juntas. Digamos que tu lugar de la existencia está fijado por tu nombre, si lo pierdes sería un problema muy grave.
Agt. Osorio: Vale, apostare eso. Apostare mi nombre.
Venus: Que temerario.
Agt. Romero: Ronald ¿Sabes lo que haces? No entiendo eso que dijo de los nombres pero ¿estás seguro de que querer jugártelo?
Agt. Osorio: Yo tampoco lo entendí, pero me enseñaron a no dejar a ningún hombre atrás, y eso hare aunque me cueste mi vida.
Agt. Romero: Ronald…
Agt. Osorio: Tranquilo Alan, se lo que hago. [Hacia Venus] Voy a apostar mi nombre para recuperar la vida de Ender y nos regreses a casa a los tres. Pero tengo una condición, yo elijo el juego, no quiero otro truco como el de antes.
Venus: Claro, con gusto. Si vas a jugártelo todo, que al menos será de la forma que quieras y que no haya resentimientos. Entonces ¿Qué jugamos?
Agt. Osorio: Vencidas.
Venus: No.
[Silencio]
Agt. Osorio: ¿Qué?
Venus: Yo no voy a jugar ese juego.
Agt. Osorio: Pero si-
Venus: /[Interrumpiendo]// Si, pero yo me reservo el derecho de aceptar o no el juego. Elegí otro juego que no tenga nada que ver con la fuerza.
Crupier: Señor, la señora Venus esta en lo correcto. Tiene el derecho a rechazar el juego si el mismo no es de su agrado; lo mismo es válido para usted. Por favor, escoja otro juego.
Agt. Osorio: Okey, dame un minuto.
[Pasan un momentos.]Agt. Osorio: Ya sé, el juego del cuchillo. ¿Ese le parece bien?
Venus: Mmm… De acuerdo. Acepto el juego.
[Una de las trabajadoras se aproxima y hace entrega de su cuchillo a Venus.]
Venus: ¿Reglas?
Agt. Osorio: Vamos ir pasando la punta del cuchillo entre los espacios de nuestros dedos mientras vamos aumentado la velocidad cada turno. El primero que termine cortándose con el cuchillo pierde.
Venus: ¿Con o sin canción?
Agt. Osorio: Ah, sin canción. Oh, también ¡Ustedes! Denme sus pistolas, no quiero ningún susto.
[Los hombres hacen entrega de sus armas al crupier, y este mismo solicita a su vez las armas que se le habían sido quitadas a los agentes a las trabajadoras.]
Venus: ¿Quieres comenzar?
[Venus ofrece el mango del cuchillo a Osorio y este lo toma. Coloca su mano izquierda extendida sobre la mesa y el cuchillo detrás del pulgar izquierdo. Realiza unas cuantas respiraciones y luego pasa el filo entre los espacios de sus dedos hasta completar la serie.]
Agt. Osorio: Fuu, para usted señora. Espero que no tenga problemas con esas manos tan pequeñas que tiene.
[Venus toma el cuchillo que le ofrece Osorio y rápidamente pasa el filo entre sus dedos completando la serie sin dejar de sonreír y ni bajar la vista. Luego deja el cuchillo frente suyo y levanta su mano para que la observe Osorio.]
Venus: No creo que tenga problemas, cariño.
[Osorio toma el cuchillo en silencio y realiza la serie más rápidamente que la vez anterior. Venus realiza su serie igual de rapidido y de igual modo sin mirar. En el tercer turno de Osorio permanece más tiempo sosteniendo el cuchillo.]
Venus: ¿Te está dando miedo?
[Osorio suelta un gruñido antes de realizar la serie a una mayor velocidad. Suelta el cuchillo con unas exhalaciones profundas. Venus toma el cuchillo y realiza su serie a la misma velocidad que Osorio, bajando levemente la vista hasta completarla.]
Agt. Osorio: Bajaste la vista.
[La expresión de la Venus cambia a una más seria.]
Agt. Osorio: ¿Qué? ¿Te dio miedo de fallar?
Venus: No intentes mofarte, no te sale. Sobre todo con la razón por la cual elegiste este juego.Agt. Osorio: Ja, ¿y cual sería esa razón?.
Venus: Careces de todo habilidad para engañar, calcular, predecir o leer a tu oponente. No serias capaz de durar dos manos en un juego de póker contra un profesional como yo y lo sabes. Por eso elegiste un juego donde sabes que me superarías, en la fuerza física. Pero no esperabas que me negaba por eso te quedaste con una cara de imbécil quemando tus pocas neuronas pensando otro juego en que creías que podrías derrotarme ¿Y creíste que por tener las manos más grandes me superarías con el cuchillo?
Soy capaz de ordenar un mazo mezclándolo ¿Este juego? Este juego es nada para mí. Literalmente te mostré como lo hacía sin ver. Podría estar todo el jodido día clavando ese cuchillo entre mis dedos, moviéndolo tan rapido que ni siquiera podrías verlo y no tendría ningún rasguño. Tu en cambio, en la segunda ronda casi tocas tu anular y en la tercera no cortaste el índice y el medio por un milímetro. Solo un animal podría creer que posee más habilidad que yo. No, incluso un animal puede ver que no seria capas de reconocer que no podria superarme. Así que apresúrate y córtate de una vez tus dedos, que cada momento que pasa me ponen de peor humor y aún tengo que derrotar a su amigo de pelo largo.
[Silencio; Venus golpea la mesa]
Venus: ¡Empieza de una vez imbécil!
[Osorio toma el cuchillo y lo mantiene detrás del pulgar izquierdo por un largo periodo donde es notable que aprieta con fuerza el mango del objeto]
Venus: ¿Ya te rendiste? Si es así dilo de una puta vez y terminemos con esta cosa ya.
Agt. Osorio: [En voz baja] Voy a ganarte y voy a salir de aquí.
Venus: Perdón ¿Qué dijiste?
Agt. Osorio: Voy a ganarte y voy a salir de aquí. Voy a ganarte y voy a salir de aquí. Voy a ganarte y voy a salir de aquí.
Venus: Genial [Se estira en la silla] Ya empezó.
Agt. Osorio: Voy a ganarte y voy a salir de aquí. Voy a ganarte y voy a salir de aquí. Voy a ganarte y voy a salir de aquí. ¡Voy a ganarte y voy a salir de aquí! [Gritando] ¡Voy a ganarte y voy a salir de aquí!¡Voy a ganarte y voy a salir de aquí!
[Osorio toma un largo respiro y suelta un grito antes de empezar a hacer su serie muy rápidamente. Cuando termina la serie, examina su mano un momento antes de levantarse y gritar de júbilo]
Agt. Osorio: [Gritando] ¡A ver perra de mierda, hazlo mejor!
[Mientras gritaba, Osorio apuntó el cuchillo hacia Venus, la cual lo toma con arrebato.]
Venus: ¿Crees enserio que ya ganaste? ¿Lo crees en serio? ¡Déjame mostrarte como no has ganado!
[Mientras a Venus realizaba su serie, Osorio se cae sobre la mesa derribándola. Se escucha la confusión de los presentes y se ve como Romero y el crupier intentan auxiliarlo. Luego Ender habla.]
Agt. Ender: Se cortó la mano.
[Romero y el crupier dirigen su vista hacia Venus que esta fuera de cámara.]
Venus: ¡No, él cayó sobre la mesa para me distrajera y me cortase! ¡Él hizo trampa!
Agt. Romero: ¡¿Qué trampa?! ¡Él se desmayó!
Venus: ¡Mentira! ¡Esta fingiendo!
[El crupier empieza a revisar a Osorio, levantando su brazo y dejando que cayera sobre su cara.]
Crupier: Él se acaba de desmayar efectivamente.
Venus: ¡¿Qué?! No importa, él interrumpió el juego por lo que queda anulada la partida.
Agt. Ender: ¿Cómo no va a valer? Ronald seguramente se habrá desmayado por toda esta presión, el estres y el cansancio que tuvimos antes de venir. Seguramente ya era inevitable que esto ocurriera. Que cayera sobre la mesa solo fue una casualidad ya que pudo caer también hacia atrás. Él no tiene la culpa de que su cuerpo haya decido por su cuenta caer en esa dirección. Bien pudo haber sufrido un infarto y morir ahora mismo, pero de igual modo él no fue quien te corto la mano, sino vos misma como yo fui quien soltó la moneda y no tu.
Venus: ¡Pura mierda!
Crupier: Lo lamento señora, pero ella tiene la razón. Usted es la perdedora de este juego.
Venus: ¿Qué? No, imposible. No puede haber perdido. No puede hacer perdido contra él.
Agt. Ender: [Emocionado] Lo lamento perra, pero los accidentes ocurren.
[Osorio empieza a recuperar el conocimiento y es rápidamente asistido por Romero y el crupier mientras el primero le grita con emoción que gano el juego. Ayudan a sentarse al agente y proceden a explicarle lo ocurrido. Es visible en la cámara como Venus se sostiene la mano izquierda mientras un pequeño hilo de sangre corre por ella.]
Agt. Osorio: [Desorientado] Entones ¿gane?
Agt. Ender: Si amigo, ganaste. Nos vamos de este puto lugar
Agt. Romero: ¿No te olvidas de algo más?
[Ender mira confuso a Romero un momento hasta que baja la vista]
Agt. Ender: Oh, cierto [hacia Venus] Vos, arregla esto.
Crupier: Descuide, yo me encargo.
[El crupier coloca su mano sobre el hombre de Ender, el cual empieza soltar gemidos de dolor mientras se sostiene el pecho, que decrece en tamaño, y su tono empieza a ser más grave]
Agt. Ender: Ahh… Mejor.
Venus: Bien, ahora crucen esa puta puerta y lárguese de mi vista.
Agt. Osorio: [Gemido] No.
Venus: ¿Qué?
Agt. Osorio: No apostamos el sí cruzaríamos esa puerta o no, sino que me regresarías a casa o no. Yo dije que si ganaba me regresarías la vida de Ender y nos harías regresar a casa a los tres. Bueno, si esa puerta no lleva exactamente a mi casa, no voy a cruzarla. Así que, regrésame a mi puta casa.
Venus: [Con clara confución] ¿Desde cuándo sabes exigir cosas tal como dice la letra las cosas?
Agt. Osorio: Tal vez no sea un genio de como usted señora, pero tampoco soy un tonto.
[Venus aprieta sus dientas y cierra sus manos con fuerza mientras mira con enojo al agente. Luego observa al crupier brevemente y relaja sus músculos.]
Venus: ¡Ustedes! Llevase a estos tipos de aquí abran un portal a su casa y que nunca vuelvan aquí.
Agt. Osorio: Tranquila, te aseguro que nunca vamos a volver.
[Los agentes abandonan la sala –Osorio sosteniéndose de Romero para mantener el equilibrio- siguiendo los a hombres con traje por el establecimiento hasta una zona apartada y con una puerta de roble finamente adornada. Uno de los hombres pregunta la dirección del domicilio de Osorio para hacer correctamente el ritual. El agente hace entrega de la información y el hombre habla por un comunicador en su oido un momento. Pasan unos segundos y los hombres abren la puerta revelando del otro lado el recibidor del departamento de Osorio.]
[Los agentes cruzan el portal y la puerta se cierra detrás de ellos. Los agentes caminan unos pasos y se desploman sobre los muebles presentes en el lugar.]
[FIN DEL REGISTRO]
Epilogo: Tras los hechos descritos, los agentes se contactaron con la Fundación para informar de lo ocurrido. Revisiones posteriores con personal Clase-D y miembros del Destacamento Móvil Theta-90 no encontraron actividad anómala en la estructura. Se teoriza que la anómalia quedo anclada en el último lugar donde estuvieron los agentes y que no se ha movido debido a que no la han cruzado la puerta blanca.
Los agentes Ender y Romero solicitaron no ser seleccionados para misiones de exploración futuras. El agente Osorio fue reubicado y sus registros de su anterior domicilio eliminados por seguridad.
Ya trajeron tu auto.
Sí, que bueno. Ya lo extrañaba.
Aja… Che Ender, aun no me decís que ocurrió en tu última misión.
No quiero hablar de eso.
¿Por qué? Vamos, somos amigos.
No voy a hablar nunca de lo que ocurrió ese día, ¿entendiste Steffano?
Ah… Como quieras.
por LechugaNinja
El siguiente diario personal fue encontrado entre los documentos recuperados tras el incidente SA-L65266, su propietario se ha identificado como Gustavo ███████, actualmente desaparecido. Parte de la información presente fue censurada por la Fundación.
Me uní a una secta.
Secta tal vez no es la mejor palabra para describirlos pero es la más cercana que se me ocurre ahora. ¿Culto talvez?
Me dieron este cuaderno para escribir sobre mis viajes y visiones para tener un registro de los mismos, tipo como un diario de sueños. Como no lo he usado desde que me lo dieron decidí plasmar mis pensamientos aquí, como un diario. Ahora que escribo esto siento casi como si fuera surreal toda la situación y, ante la falta de una mejor idea, voy a escribir sobre mi vida para ver si se me aclaran las ideas. De todos modos, nadie va a leerlo.
Para empezar, entre aquí junto con Gonzalo, un amigo que estudiaba medicina conmigo gracias a Azeneth1 hace más o menos un año –escribo esto en julio de 20██. La primera vez que la vi fue en una conferencia de sobre mitos antiguos o algo así a la cual acompañe a Gonzalo. No me interesan realmente esas cosas pero a él sí por lo que fui por él, además de que me insistió. No me acuerdo casi nada de esa charla pero sí que fue allí donde la vi por primera vez. Me llamo la atención porque era guapa y ya, y parecía estar igual de aburrida que yo, así que pensé que podría intentar ligar con ella. Gran error, Azeneth no era de las que podías mantener una conversación superficial. Era culta, ciertamente, pero muy egocéntrica. Durante toda nuestra conversación (para no decir monologo) estuvo marcándome todos los errores de la charla y varias comparaciones y datos de cosas que no entendía. Yo solo asentía y decía “aja” pensado en como salirme de allí. En un momento Gonzalo se unió para dar su punto de lo que decía y yo aproveche para decir que tenía que estar en un algún lugar y me fui la más rápidamente posible. Yo esperaba no volver a verla luego de eso.
Ahora, la siguiente vez que la vi fue en el departamento de Gonzalo. Sabía que había empezado como un noviazgo con ella, no me parecía mal, todo bien con eso. Un día me invitaron para hacer algo especial y yo muy ingenuamente fui para allá. Al principio pareció todo normal, charla casual, hasta que empezaron a hablar de drogas. Me querían invitar para hacer un ritual de ayahuasca. Yo me negué ya que no me interesaba en lo más mínimo en los misticismos y menos los psicodélicos pero de algún modo me hicieron aceptar al final. Al día siguiente salimos después del mediodía para llegar cuando atardecía a un pequeño grupo de árboles a un lado de la ruta. Durante todo el camino Azeneth nos dio una charla de la ayahuasca; nos explicaba que es usualmente usada para tener visiones placenteras y revitalizar el cuerpo y mil movidas más, pero que ella nos iba a guiar hacia algo más allá de las visiones superficiales e íbamos a ver más allá.
Ya en el lugar empezó a explicar que ella iba a actuar como chaman para guiar nuestras visiones por la dirección correcta y no nos perdiéramos. Que para que saliera bien, debíamos dejarnos llevar por la música y las imágenes que llegásemos a ver. Pero, antes de todo debía de “purificarnos” para prepararnos para la visión. Empezó a sacar varias cosas de un bolso que trajo, entre ellas un cuenco donde puso unas hierbas y las quemó para que generasen humo. Nos sopló ese humo en la cara mientras recitaba como unas oraciones, luego nos invitó a meritar hasta que se hiciera la hora y nos relajemos. Intente seguirle el juego por un rato pero mi mente rápidamente volvía a la idea de que si iba a pasar toda la noche en ninguna parte o íbamos a volver antes y los mosquitos que me envolvían. Cuando el sol se ocultó, Azeneth encendió una fogata diciendo que ya era el momento. Tomó una botella llena con un líquido marrón y lo sirvió en unos vasos de barro los cuales nos ofreció. Me la bebí el líquido muy a mi pesar en ese momento, tenía un sabor horrible. Luego agarro un pequeño tambor y empezó a tocarlo y a cantar en sin-sentidos según mi interpretación. Pasaron los minutos y no sentía nada diferente a los mosquitos que me picaban. Azeneth nos hizo tomar un segundo trago, que lo tome con resistencia, y luego continúo tocando.
Lo primero que sentí fue como si estuviera mareado y que la luz del fuego empezó a ser muy brillante. Me recosté y observe el firmamento. Me quede hipnotizado observando las estrellas, pensando en la belleza que nos perdemos cada día por culpa del hombre que las cubre con su iluminación artificial. Después sentí como algo me rozaba el brazo, al mirar contemple a una gran serpiente con ojos de oro que me observaba a mí y a Gonzalo a la vez. No sentí miedo al ver a tal ser sino que intente tocarlo. La bestia se dejó y su piel era suave. La serpiente me susurro sin abrir su boca que mirase el cielo. Las estrellas más brillantes ahora danzaban al ritmo del tambor, haciendo curvas y círculos. Sus estelas dibujaban las formas de decenas, cientos de ojos que miraban hacia abajo. Primero pensé que me miraban a mi, pero luego note que no era así, sino que miraban en otra dirección, algo en la lejanía.
Quise ver lo que veían y logre vislumbrar una luz lejana en el horizonte que todos los ojos contemplaban. Sentí como la serpiente me envolvía y me susurraba al oído que satisfaga mi curiosidad. Quise saber que era esa luz y sentí como me movía sin moverme, acercándome a la luz cada vez más rápido hasta que estuve a lado de ella. Vi como la luz coronaba la cima de una gran torre que se alzaba hacia el cielo, como un gran faro, brillando en diferentes colores y que cuyo brillo llegaba hasta lo más alto que el propio cielo. Me sentí pequeño e indefenso ante tal construcción, como si fuera un niño frente a su padre parado recto frente suyo, juzgándolo. Los cientos de ojos observaban este juicio con atención, esperando el veredicto para tomar una decisión.
La luz se volvió roja y todos los ojos dirigieron su mirada hacia mí. Empecé a temblar con temor ya que era claro el veredicto. En eso, la serpiente sube sobre mí hasta llegar a mi cabeza y me dice que ya fue suficiente mientras cubría mis ojos con su cuerpo, sumiéndome en la oscuridad. Lo siguiente que recuerdo es despertarme adolorido en la mañana sobre la tierra, con Azeneth a lado mío para decirme que me levantara despacio. Había leído antes de ir que la ayahuasca te hacía sentir mejor luego del viaje, pero ciertamente ese no fue el caso. Me sentía como si me hubieran apaleado, algo que Gonzalo parecía compartir. Cuando le recrimine mi dolor a Azeneth ella me dijo que era algo esperable por la el tipo de visión que nos hizo tener.
Cuando yo le pedí explicaciones ella me pregunto que visión había tenido. Le conté sobre la torre, la luz y los ojos. Gonzalo contó la misma visión que yo, algo que me inquieto. Azeneth nos explicó que la torre era una visión fácil y común de alcázar debido al alcance del avatar2 que había en Caracas y considero que era la visión más adecuada para iniciarnos. Cuando escuche esa palabra, creí que me quería meter en las drogas por lo que la mande a la mierda en ese momento y le dije a Gonzalo que se alejara de ella. Intentaron calmarme pero no lo lograron. Solo volví con ellos porque no confiaba en pedirle a un extraño en la ruta que me llevara de nuevo a la ciudad.
Mantuve la mentalidad de que Azeneth y Gonzalo estaban locos hasta que un día, cuando viajaba a Caracas para visitar a mi padre durante vacaciones, logre ver la “torre”. Era un hotel el monte cerca de la ciudad que estaba manejado por insurgentes o algo así. Lo conocía de nombre pero nunca antes lo había visto pero el lugar era idéntico al de mi visión. Primero ignore ese pensamiento, diciéndome que nomas no recordaba haberlo visto antes o que el hotel era igual a cientos de otros lugares que si he visto y solo tenia un efecto mándela o parecido, por un tiempo hasta que le pregunte a mi padre sobre el hotel. Él me respondió que cada tanto suele emitir varias luces con las que “juzgan” a la sociedad y al gobierno. Una estupidez que no sirve para nada, como dijo él, una cosa de la cual desconocía totalmente.
Unos días después hable con Azeneth sobre el asunto, ya que la dudas aunque no quisiera Vivian en mi, y allí empezó mi descenso a la locura. Tengo que admitir que este lugar no es un paraíso de drogas hippie como creía que era. Aunque si hay drogas duras, aquí son todos bastante estudiosos. Azeneth mientras me introducía en los rituales también me hizo leer mucho sobre culturas antiguas y ocultismo para informarme antes de entrar; pero leer nivel universitario, nada de tonterías de wikipedia. Libros de autores reconocidos o no tanto que eran apropiados para mi en ese momento. Así fueron un par de meses antes de que me consideraran apto como para entrar junto con Gonzalo.
No voy a hablar de como fue mi iniciación ya que seria romper los códigos que hay aquí pero voy decir un poco de la visión que tuve:
Lo primero que vi cuando me dieron la bebida fue que el humo que había en el lugar se empezó a espesar hasta el punto no me permitía ver hasta mis propias manos o siquiera me permitía moverme, como si estuviera rodeado de una gran red gris. Me empecé a sentir asfixiado y con esfuerzo logre abrirme paso a través del humo, buscando una manera de salir. Logre escuchar una voz en la distancia e intente correr hacia ella lo más rápido que pude. Termine chocando contra una pared de piedra cubierta por el humo. Entre mis piernas estaba la serpiente, brillante y nadando sobre el humo. Sin decir palabra me invito a seguirla y lo hice. Nos movimos a través de ese laberinto de humo y piedra donde los colores y sonidos estaban cubiertos y amortiguados por el humo. En tres ocasiones puede ver algo tras la niebla, formas iluminadas luces casi indistinguibles.
La primera vez escuche como rezos, rezos en muchos idiomas que no conocía. Miraba a mi derecha y veía formas grotescas cubiertas de rojo y figuras rectas cubiertas de plata que marchaban en sincronía y de forma estridente. A mi izquierda había árboles de los cuales poseían un aroma dulce y fresco que llegaba hasta mí entre el humo y una gran estrella en lo alto; ambos iluminados por una luz verde pero que no era el mismo tipo de verde. La segunda vez me encontré con dos gigantes que se alzaban sobre el laberinto y observaban todo lo que ocurría desde lo alto. El gigante a mi izquierda estaba coronado con una luz dorada y purpura y el de la derecha estaba cubierto de por la luz azul de cientos de estrellas que habían sobre él. La serpiente me dijo que continuara y avanzara rápido para no llamar su atención. Y la tercera vez ocurrió, luego de caminar por horas por pasillos de sonidos y luces inalcanzables, cuando perdí a la serpiente. La busque por un largo rato pero me termine perdiendo en ese laberinto sin su guía, acabando en un callejón sin salida. Al darme la vuelta me encontré con una silueta no cubierta por una luz, sino por sombras. Una sombra sin rostro cubierta de flechas que apuntaban hacia si misma. Esa sombra levanto la mano y el humo volvió a cubrirme, asfixiándome.
Tosí mucho, haciendo que mi vista su nublase por lagrimas hasta que sentí una mano me sostenía y me ayudaba a toser. Cuando mi vista se aclaró, pude ver que me encontraba de nuevo en el lugar de mi iniciación. Me felicitaron, diciéndome que ya era libre del velo que cubría mis ojos.
Y así me uní a una secta.
Azeneth hoy vino y me contó la última novedad. Según parece el Maestro consiguió algo importante de unos contactos suyos. No me esperaba que fuera una persona, un negro que parece que tiene unos tatuajes raros que siguen como mapa. Él habla de una ciudad dorada y gloriosa gobernada por un rey-mago (o algo así, no sé cómo sería la traducción correcta de la palabra que uso), más rica que cualquier otra nación del mundo. Un cuento como El Dorado ciertamente. La locura que era notable en como habla ese negro y el Maestro sabe que lo que dice es falso, pero quiere hacer algo diferente con él. Planea que hagamos contacto con quien escribió esos tatuajes hechos para guiar a los españoles hacia su perdición. Ella no me dijo mucho más en ese momento ya que ella no sabía más (luego fue cuando nos mostraron al hombre y nos explicaron el plan), lo que si debía preparar mis cosas para partir pronto.
Nos consiguieron pasajes directos a ███████ para encontrar el lugar para realizar el contacto. Unas ruinas apartadas y las cuales parecen estar prohibidas. Preguntando a los locales dijeron que parecía que habían encontrado algo importante allí y cerraron el lugar para que nadie entrase. Inconveniente ya que tendríamos que entrar a la fuerza, por decirlo así, pero que no será complicado por la seguridad que parece haber.
Cuando escribo esto -███ de 20██- estamos esperando a que la Cofradía local nos traigan las llaves3 para el ritual, una de ellas es bastante especial ya que es una fruta de la vida como me dijeron. Con ese nombre supongo que debe ser bastante especial. Mientras tanto la hermana Castro4 nos hace practicar el cómo realizaríamos el ritual, tal como lo hacían los mayas durante su tiempo para que sea más efectivo el contacto. Tengo algo de pudor con el asunto de tener que hacer el ritual desnudo, aunque Azeneth no perece tener problema con eso ni su padre5 que haría guardia durante del mismo. Espero poder controlarme en ese momento.
Cuando hagamos el ritual escribo aquí la visión que tuve:
por LechugaNinja
El público estaba agitado, el hombre lo podía sentir desde el final de la escalera. Respiró profundamente y realizó algunos movimientos para entrar el calor. La noche de hoy iba a ser intensa. Por su intercomunicador le informaron que las luces se apagarían en 10 segundos. “Bien, hora de presentar el show” pensó un segundo antes de que se oscureciera el Coliseo. Subió las escaleras, siguiendo las luces de emergencia, hacia su puesto. Las miles de voces del publico resonaron a su alrededor, ansiosas de que empezara el show. Las luces se volvieron a encender.
—¡Buenas noches damas y caballeros ¿Cómo se encuentran hoy?! —preguntó el Anunciador y el público respondió con un grito colectivo.
El Anunciador observó la arena desde su lugar. 10.000 personas de todos los lugares que podía y no podía imaginar estaban allí, expectantes y hambrientos de emoción. Aunque esa vez había algo diferente en la arena, un cristal templado que se elevaba 30 metros que separaba a las gradas de la propia arena. Normalmente no hace falta una separación de ese tipo, pero la pelea que abría hoy lo ameritaba. El Anunciador observo toda la arena con un vistazo, deteniéndose en un grupo particular en la sección D de las gradas. Varias decenas de hombres y mujeres bronceados, con bíceps más grandes que una cabeza y nudillos más duros que el hierro observando impasibles desde sus asientos.
—¡Hoy tendremos, aquí y ahora, la respuesta a unas de las interrogantes más antiguas de la humanidad! ¿Quién es más fuerte? ¿El hombre —una pausa dramática— o el tiburón?
Más gritos del público.
—¡Hoy dos titanes de ambas especies chocaran aquí para quedarse con la última palabra! ¡Hoy dos campeones chocaran para prevalecer sobre él otro y reclamar el título del superdepredador en esta arena!
Las luces se encendieron mostrando la arena donde tuberías salían de las paredes laterales.
—¡Pero ellos no lucharan sobre tierra seca! ¡NO! ¡Lucharon en su campo de batalla habitual, su santuario de la guerra! ¡Bajo el agua! ¡Cuando los dos peleadores entren, se liberará suficiente agua para poder inundar toda la arena! Pero, ¿Quiénes serán los que librarán esta batalla?
La puerta oeste se abrió.
—En las profundidades oscuras y frías del océano ocurrieron batallas y guerras sangrientas y crueles que desconocemos quienes habitamos la superficie. Una de esas batallas ocurrió cerca de Cabo de Hornos, en América de Sur, en mismo Fin del Mundo. En ese lugar una vanguardia selacia intentaba cruzar del océano Pacifico al Atlántico rodeando Sudamérica para conquistar a los pueblos que habitaban las aguas del Atlántico Sur. Al llegar al estrecho, se encontraron un grupo de soldados defendiendo la zona, esperándolos. No sabían quiénes eran hasta que vieron que portaban un símbolo muy familiar para ellos en el pecho de sus trajes: un puño golpeando a un tiburón. En ese momento entendieron que lo que los esperaba no era una defensa, sino una ofensiva. Sus eternos enemigos de la superficie descendieron hasta esas bajas latitudes para frustrar sus planes bélicos ¡Pero ellos no lo iban a permitir! ¡Iban a alzarse sobre sus cadáveres y devorar la carne de sus enemigos! El ejercito selacio cargó con el más profundo odio hacia sus adversarios y los humanos corrieron de frente contra los tiburones con solo una idea en sus mentes: golpearlos en la cara.
»Así inicio la batalla de Hornos, una batalla que se cobró cientos de vidas humanas y escualas ¿Por qué narro todo esto? Porque esa batalla se cobró la vida de una leyenda —mientras narraba, se escuchada como algo se acercaba por la puerta—. Un gran tiburón blanco, gigante incluso entre los suyos, con una fuerza tal que decían que podía detener el avance de una ballena azul él solo. Luchó acabando con todo aquel que se le pusiera en frente, rompiendo la línea enemiga con suma facilidad. Solo pudieron detenerlo luego de clavarle tres arpones con guantes de boxeo en el corazón y otra veintena en el resto del cuerpo ¡Y aun así fue capaz de seguir aniquilando hasta que no quedo sangre en su cuerpo! ¡Una bestia tal que se volvió un mártir y un ídolo para su especie y un demonio profano para sus enemigos! ¡¿Cuál es el nombre de esta leyenda?! ¡Su nombre es-
Un grupo de hombres con el pecho desnudo ingresaron en la arena empujando una gran caja de cristal que contenía agua salada y a un tiburón muy grande e inusual dentro. Bípedo, con grandes brazos con aletas, una falda negra con diseños en rojo y una gran cola que chocaba contra el cristal.
—Lisandro Al’giel, el Destructor!
La gente se emocionó, sí, pero la entrada del Combatiente dejaba mucho que desear. La introducción había resultado algo larga y encerrado en esa jaula de cristal no parecía muy intimidante el luchador, casi parecía una exhibición de zoológico. Él público se rio por lo bajo. Pero mientras unos se relajaban, otros se ponían nervios en la sección D por la incomodidad que les generaba ese grupo de personas singulares. El instinto asesino que surgió en ellos apenas el tiburón fue visible; un deseo de sangre que les hacía apretar los dientes y los puños con una fuerza mayor a la de una prensa hidráulica; una emoción tan potente que hacía que el resto de espectadores cercanos se movieran incomodos en sus asientos.
—¡¿Quién podrá hacerle frente a este Goliat submarino?! ¡¿Quién nos defenderá de la amenaza selacia?! ¡Pues nadie más y nadie menos que él!
La puerta este se abrió.
—En la batalla de Hornos no solo cayó una leyenda; cayeron dos. Del lado de los humanos había un hombre que se ganó un apodo especial: El Puño Rojo ¿Por cuál merito se ganó tal nombre? —El hombre se acercaba con un paso pesado hacia la puerta— Por un motivo bastante simple, cada vez que golpeaba a un tiburón, su puño atravesaba su cara y se teñía del rojo de la sangre y sesos de los escualos. Este hombre fue uno de los que lideraron la ofensiva en Hornos. Avanzaba reventado todas las cabezas de los tiburones que se le ponían enfrente. Avanzó sin detenerse hasta que ocurrió una tragedia. Los tiburones lo rodearon y aprovecharon una abertura para arrancarle ambas manos de una mordida. Mutilado, sin sus dos armas y rodeado por enemigos ¿Qué hizo ese hombre? Simple, siguió golpeando a los tiburones en la cara. Que es el brazo sino el alargamiento del puño ¡Incluso sin la mano, aún servía para golpear! ¡Con los muñones abiertos, mezclando su sangre con el agua salada, creo una estala de muerte roja cada vez que atacaba!
»¡Incluso cuando le cortaron la cabeza para matarlo, su cuerpo siguió avanzado y dando puñetazos hasta que cayo! ¡¿Cuál es el nombre de este héroe, de este santo de los golpes del Shark Puching Center?! ¡Yo les diré su nombre! ¡Su nombre es-
Un hombre salió por la puerta este, su gran tamaño era notable y su traje de neopreno solo marcaba más la gran musculatura que poseía. Avanzó con un paso firme, con una gran barba trenzada que hacía juego con su cabeza pulida. En su espalda cargaba el escudo del Centro con la leyenda SPC debajo.
—Hannibal Holyrose!
La gente vitoreó, pero algunos de los espectadores, quienes habían estado en peleas anteriores, estaban algo decepcionados. La figura de ese hombre era imponente, sin dudas, pero comparándolo con la entrada de otras figuras históricas que ya habían peleado en el Coliseo no impresionaba mucho. Mientras unos criticaban, los pugilistas de la sección D se levantaron de sus asuntos y levantaron su puño al cielo.
—¡AU! ¡AU! ¡AU! ¡AU! ¡AU!
Gritaron esos guerreros en señal de respeto hacia su héroe. Éste giró su mirada hacia ellos y levantó su puño y devolvió el saludo a sus hermanos y hermanas de armas.
—¡AU! —gritaron juntos con gran fuerza una última vez.
—¡Los titanes ya están frente a frente! ¡La batalla que hubiera marcado historia en Hornos, pero nunca se dio está a punto de por ocurrir aquí y ahora! ¡Abran el agua!
Se abrieron las cañerías y agua de mar empezó a correr como un torrente que cubrió todo el suelo de la arena con una capa de 1 cm en apenas un par de segundos.
—¡¿Qué ocurre gente?! ¡¿Creen que es injusto que pelee ese hombre bajo del agua, en el ambiente natural de su enemigo?! ¡NO SEAN INGENUOS! ¡¿A caso creen que los tiburones van a buscarlos en su cómoda tierra seca?! ¡NO! ¡Estos hombres van hacia las fauces del enemigo y les dan una paliza en su propia casa! ¡Ellos viven, pelean y aman bajo la superficie del mar! ¡Pero le dejamos unos tubos con aire para que pueda recuperar el aliento! ¡Tampoco es que tenga branquias ese hombre!
Dijo bromeando en lo último el Anunciador. El agua estaba llegando hasta la altura de las rodillas del hombre, que se mantenía impasible en su lugar.
—¡El momento se acerca! ¡El momento en que el hombre y la bestia definan quien es el que lidera la cadena alimenticia! ¡Y espero que hayan apostado de la mejor manera! ¡Porque la batalla definitiva se acerca!
El público enloqueció mientras se inundaba la arena. El agua subió hasta sobrepasar la altura de las rodillas del hombre; para el tiburón le pareció suficiente esa la cantidad de agua. La bestia acuática de 3 metros de alto se paró con un solo movimiento y con una mayor facilidad que respirar cerró su mano, flexionó su brazo derecho llevándolo hacia atrás y lanzó un puñetazo que agrieto cada milímetro del cristal frente suyo. El golpe resonó con tal potencia que hizo saltar hacia atrás a casi todo el Coliseo, dejando con la boca abierta y asustados a todos los espectadores; a excepción, claro, de los pugilistas que permanecieron firmes ante selacio.
El Anunciador se quedó sin palabras, sabía que la caja donde lo habían encerrado estaba hecha con paneles de vidrio templado de 8mm de grosor y aprueba de balas y ninguna forma de abrirla. Él creyó que era una exageración y que tenía alguna forma de abrirse para hacer una entrada espectacular al combate. Y tuvo razón a medias; tenía una forma de abrirse la caja y de una manera especular: a base poder bruto.
El tiburón pateó el panel destrozado, haciendo que el agua de la caja se liberase y nada se interpusiera entre su presa y él. Pero hubo un problema, su presa no estaba. El lugar donde estaba parado el hombre estaba vacío. Por un segundo no supo dónde estaba se encontraba su oponente. Al siguiente segundo supo dónde estaba cuando su puño impactó contra el lado izquierdo de su cabeza ¿Cómo lo golpeo de costado si había un panel de vidrio templado aprueba de balas a ambos lados del ser? Simple, atravesó el cristal con un puñetazo y golpeó al tiburón en la cara.
La cabeza del tiburón impactó contra el panel a su derecha, agrietándolo y tirándolo por debajo del agua. Si antes los espectadores estaban asustados, ahora estaba aterrorizados. La velocidad con la que se movió el hombre teniendo casi medio cuerpo bajo el agua y su fuerza, capaz de derribar a tal monstruo, no era humana. Quedaron totalmente mudos del asombro y terror; a excepción de nuevo de…
—¡SIIIIII! ¡GRAN PUÑETAZO!
—¡GOLPEALO MÁS FUERTE HERMANO!
—¡ROMPELE LA CARA A ESE SELACIO!
Los miembros del Centro gritaban a todo pulmón festejando el puñetazo dado por uno de los suyos. Eran tan fuertes sus gritos que toda la arena podía oírlos sin problemas y quienes estaban cerca se tapaban los oídos e intentaban alejarse de esos anormales. Mientras todo ocurría, Anunciador había quedado tan impactado como el resto que se pasó el narrar lo que pasaba.
—¡IN- INCREIBLE! ¡QUÉ FUERZA LA DE ESTOS DOS SERES! ¡QUÉ INICIO MÁS POTENTE! ¡PERO ES EL HUMANO QUIEN RECLAMA EL PRIMER GOLPE!
Con la voz del Anunciador, la gente se recuperó y volvió a gritar con locura por la emoción de la acción.
—¡¿Acaso el pugilista ha derrotado a su eterno rival con el primer ataque o-?!
Antes que pudiera terminar de hablar, el tiburón emergió del agua a gran velocidad dispuesto a enterrar su puño en la cara de hombre. Este vio venir el ataque y conectó un uppercut izquierdo contra la mandíbula del escualo, buscando detenerlo en el lugar. Pero esto no detuvo el ataque de su adversario, quien conectó un derechazo a la cara del pugilista. Con el agua a la altura de la cintura, ambos Combatientes volaron hacia atrás.
Hannibal chocó boca arriba contra el agua tras volar unos dos metros hacia atrás y rápidamente se levantó apenas tocó el suelo de la arena. Analizó el terreno mientras el dolor del golpe invadía su rostro. El agua que cubría la arena subía con prisa, ya estaba tapando su ombligo por lo que en breve se vería obligado a contener la respiración para pelear. Debía acabar con el tiburón antes de eso.
¿Dónde estaba el tiburón? Vio a una masa gris alzarse sobre el agua para luego desaparecer debajo de ella. El público perdió de vista a Lisandro apenas apareció, pero no Hannibal. Dando un paso hacia delante Hannibal dio un puñetazo hacia abajo, frenado al tiburón con un golpe en la corona cabeza. Tal vez el agua ya estaba lo suficientemente alta como para permitirle nadar al ras del suelo y a muy alta velocidad al escualo, pero el pugilista ya tenía experiencia de sobra con esas embestidas. Los estúpidos selacios siempre atacan en línea recta.
Hannibal había conectado el golpe efectivamente, pero subestimo la energía con la que se movía su oponente ya que de igual modo fue arrollado por él gracias a la cinética. El pugilista giró sobre la espalda del tiburón y volvió a estrellarse contra el agua. Volvió a levantar con rapidez el hombre, pero quedo desoriento por el choque, por lo que no se dio cuenta de inmediato que estaba viendo en la dirección equivocada. El sonido del movimiento sobre el agua lo alerto a tiempo como para levantar su guardia ante el ataque que recibiría desde atrás. Un derecho limpio que logró cubrir con sus brazos, pero debido a la mala postura lo tiró hacia atrás.
Cayó de culo en suelo y no tuvo oportunidad de levantarse ya que Lisandro empezó a hostigarlo. Hannibal había quedado bajo la superficie mientras recibía los golpes constantes del tiburón sobre él. Por suerte el tamaño mayor de su oponente le jugo a su favor ya que incluso de rodillas, no lograda atraparlo entre sus piernas. El hombre desvió uno de los golpes hacia un costado y contraataco dando un puñetazo al ojo sin parpado del selacio; esto hizo que perdiera brevemente la concentración.
Luego usando el cuerpo de su atacante se impulsó alejándose en el agua. A unos cuatro metros de distancia, Hannibal se detuvo y levantó su cabeza por arriba del agua. Volvió a respirar mientras se ponía en guardia. El selacio se había mantenido en su lugar y miró al pugilista con atención, este le devolvió la mirada. Podían ver claramente en uno en el otro reconocimiento por sus capacidades. No se habían encontrado con casi nada que durase más de uno de sus puñetazos sin morir instantáneamente. Pero ese reconocimiento no implicaba respecto alguno. Ninguno de los dos consideraba al otro como una especie digna de respeto. Que dieran tanta lucha el otro solo los hacia los molestaba más.
El agua ya llegaba hasta el pecho del hombre, por lo que el tiempo estaba apremiando para él. Algo que también se daba cuenta el tiburón, mientras más durara el combate más ventaja obtenía por el hecho que él podía respirar y su presa no. El agua salada entraba por las branquias localizadas en el torso de Lisandro, oxigenando su sangre mientras se preparaba para embestir. Hannibal ya veía venir ese tipo de ofensiva así que se preparaba para interceptar. Seguramente iba intentar atacar rodeándolo como a un animal herido y aprovechar su velocidad para acabarlo. “Que estúpidos y predecibles son los selacios”, pensó Hannibal.
Antes de que alguno empezara a moverse, un estruendo ocurrió a un lado, muy diferente a los gritos del público, que los distrajo un momento. Observaron el origen del ruido con su visión periférica y levantaron ambos una ceja; o bueno, solo uno de ellos, el tiburón no tenía cejas. Los miembros del Centro que había entre el público habían atravesado las gradas hasta la primera fila del Coliseo habiendo pisando y empujando a todos los demás espectadores. Intentaron detenerlos algunos, pero no pudieron hacer nada frente a ese grupo de gigantes musculosos. En ese lugar, los pugilistas golpeaban el cristal que los separaban de la arena con ganas mientras gritaban palabras de ánimo.
—¡DESTROZALOOOOOOO!
—¡GOLPEALO EN LA CARA MÁS FUERTE!
—¡GOLPEA AL TIBURON!
Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta un perico estaban allí apoyando la lucha de uno de los suyos, exigiéndole que acabase con el tiburón. Un espectáculo que hizo entrar en rabia a Lisandro. Esas personas, esos humanos que no tenían ninguna razón para odiarlos, ninguna justificación para sus actos, que solo querían golpearlos en la cara hizo que volviera a latir su corazón con odio.
Él había entrenado toda su vida para poder devolverles todo el dolor que le provocaron a él y los suyos. Había sacrificado su cuerpo y su alma para obtener una fuerza imbatible, solo para poder destrozar sus caras bajo sus nudillos. Y él disfruto cada gramo de la carne y huesos molidos por sus manos. Cuando ocurrió la guerra con los pueblos del sur y lo mandaron al rodear el continente por oriente en vez de enviarlo a las líneas frontales en el Caribe se sintió engañado. Su fuerza no era para conquistar lugares débiles, eran para destruir al enemigo de frente. Pero cuando llego a Hornos todo cambio. Al ver al ejército pugilístico frente suyo agradeció a Dios por la oportunidad que le habían dado de destruir a tantos de sus enemigos a la vez. Estuvo en primera línea cuando inicio carga y no se detuvo, aunque tuviera el corazón perforado y mil heridas en su cuerpo, hasta que ya no hubo ningún humano de pie a la vista. Orgulloso, decidió descansar sobre una cama hecha de la sangre de su enemigo. Y ahora estaba allí, como un espectáculo de circo para los seres que más odiaba, exigiendo su sangre para su entretenimiento.
Pero él iba prevalecer. Él iba matar a su campeón y teñir el agua de rojo con su sangre. Él iba a reír al último antes de exigir la sangre del resto de humanos de ese lugar. Lisandro apartó la vista de los humanos para centrarse de nuevo en su presa. Se dio cuenta rápido que se distrajo más de que debía.
Hannibal decido atacar primero así que avanzó saltado bajo el agua hasta estar junto a Lisandro y conectar un jab en su cara. El pugilista arremetió con una lluvia de golpes que el tiburón intentaba bloquear, hasta que se cansó de recibir el castigo. Abriendo sus brazos agarró al boxeador con un abrazo del que no podía escapar. Todos al ver esa situación esperaban que el tiburón mordiera el cuello descubierto y al alcance del hombre, y el combate terminara de una forma sangrienta. Pero no ocurrió eso, sino que Lisandro levantó a Hannibal con su gran tamaño y luego se dejó caer sobre él con todo su peso. Una masa de más de media tonelada cayó sobre el pugilista, haciéndolo soltar un quejido.
Pero allí no termino el asalto del escualo. Poniendo una mano sobre el pecho del pugilista para que no escapara, empezó a atacar sin piedad su rostro a puñetazos. Era una posición complicada para Hannibal, pero los tiempos prologados entre puñetazos le dio tiempo para pensar. Iba a salir de allí, aunque fuese a través de un truco bajo. Lisandro alzó su puño una vez más, pero quedo paralizado a mitad de camino. El público soltó un colectivo “uuuuhhhh”
—Golpe bajo —declaró el Anunciador.
La patada de Hannibal había sacudido todo el organismo de Lisandro de una forma que no creía posible. Los tiburones tienen testículos internos por vivir en un ambiente frio como es el medio acuático, por lo que un golpe en la entrepierna no debía ser tan paralízate como para los mamíferos terrestres al no tener esos órganos sensibles expuestos. Pero logró sentir la patada hasta en el estómago, partiéndolo de abajo hacia arriba. Eso lo hizo tambalear y reducir su agarre.
Hannibal desaprovechó la oportunidad y lo tomó del brazo que lo sujetaba y lo estiro hacia un lado. La masa paralizada de más de 500 kilos fue derribada por el hombre. Con el tiburón derribado, Hannibal realizó un golpe de martilló al cuello del ser. Aunque no tuviera una laringe como los mamíferos terrestres, el cuello seguía siendo una zona importante del cuerpo. Como era más flexible para permitir que alimentos más grandes lo atravesarán, el golpe de Hannibal lo aplastó llegando a tocar las vértebras por el lado del frente. Aunque no fuera un daño fatal como lo seria en una persona, lo dejaría quieto un segundo. Tiempo suficiente como para montarse sobre él y empezar a darle una paliza.
De un segundo a otro, las tornas habían cambiado y Hannibal ahora estaba arriba de Lisandro. El público gritaba ante tal brutal espectáculo con emoción y jubilo, aunque no tan fuerte como los pugilistas.
—¡VAMOOOOOSSSS! ¡SIGA GOLPEANDOOOOOO! —gritaba un joven pugilista llamado Ethan Hanson— ¡¿No es increíble señor?!
—¡Claro que sí muchacho! —le respondió uno de sus superiores, el doctor Von Punch. Un hombre que ya estaba entrando en años pero que solo podías verlo en sus canas y algunas arrugas de su rostro, por lo demás seguía teniendo el cuerpo esculpido de un joven.
Von Punch había conocido a Holyrose en sus años mozo y se alegraba de ver a su viejo amigo luchando de nuevo. Pero había algo que lo preocupada. Hannibal atacó un par de veces a Lisandro hasta que no pudo más y tuvo que alejarse. La gente se quedó perpleja por cómo se retiró teniendo la ventaja, pero el viejo pugilista entendió el motivo.
“Como temía, se le acabo el aire”, pensó con preocupación Von Punch. Conocía las capacidades de Holyrose y sus límites. Él podía soportar hasta media hora debajo del agua si estaba quieto; cinco minutos si hacia ejercicios aeróbicos; y un minuto o menos si eran anaeróbicos. A pesar de su gran fuerza, su organismo seguía siendo como el de un humano y aún tenía sus necesidades como comer o respirar. En una batalla así, mantener el combate por tiempos prolongados era contraproducente para él.
Hannibal se parto de su oponente con un salto y alzó la cabeza para tomar aire, pero no logró llegar hasta la superficie. Levanto la vista para ver un techo acuático a 10 centímetros de su cara. El hombre maldijo y saltó para alzarse hasta la superficie y tomar una rápida bocanada de aire. Al volver a bajar, analizó su situación.
El tiburón estaba aún algo aturdido, pero ya estaba empezando a levantarse. Aunque él quería destrozarlo en ese momento a puñetazos, tenía que aprovechar ese tiempo para planear. Primero vio la sangre que salía de su rostro y brazos, y se diluía entre el agua frente de él. Todos los golpes del tiburón habían raspado la piel de Hannibal gracias a los dentículos que cubría su cuerpo. Menos una zona, sus nudillos que en vez de lastimarse al contacto arrancaban las escamas del escualo con cada golpe que poseía una potencia igual o mayor a la de una bola de cañón.
Luego reviso su entorno para ver si había algo útil o no. En sus pies notó una manguera que salía del piso, al acercase notó que tenía un regulador conectado en el extremo. Sin pensarlo mucho se lo llevó a la boca el aparato y lo purgo. Empezó a respirar y exhalar el aire comprimido que salía de esa manguera.
—Parece que ya nos sumergido del todo —dijo el tiburón volviendo a ponerse de rodillas y observando a su presa.
Aunque no tuviera pulmones, la raza de Lisandro contaba con cuerdas vocales para hablar. Su voz grave resultaba muy molesta para los oídos del pugilista.
—Ahora, dime, ¿Cuánto tiempo vas a durar antes de ahogarte? —dijo de forma condescendiente Lisandro.
Hannibal hizo una respiración profunda, llenando sus pulmones de aire y se sacó la boquilla de la boca. Se levantó y empezó a mover sus brazos de una forma extraña. Lisandro mostró una clara expresión de sorpresa en su rostro mientras el resto de la audiencia no entendió esos gestos.
—Esperen, ¡esperen! —gritó el Anunciador intentado escuchar lo que le decían por el intercomunicador— Holyrose… ¡Holyrose acaba de hablar el leguaje de los selacios! ¡El lenguaje de señas que usa la especie de Lisandro para comunicarse! —informó al público lo que estaba ocurriendo— Le dijo “no te preocupes por eso, te matare antes de que eso sea un problema”.
Lisandro quedo estupefacto por el hecho acababa de ver a uno de sus enemigos de la superficie hablar su idioma.
—¿Puedes hablar Imar? —preguntó asombrado Lisandro.
—“Sí, necesitaba aprender su idioma para poder decirles-”, bueno, ahora Holyrose está diciendo un insulto hacia la madre de Al’giel —tradujo el Anunciador para el público.
Lisandro suspiro.
—¿Por qué me sorprendo? Todos ustedes son iguales —dijo resignado el tiburón—. Antes de continuar, quiero que me respondas una pregunta que suelo hacerle a ustedes antes de pugilizarlos ¿Por qué luchan? ¿Por qué libran esta guerra contra nosotros, los tiburones?
El desprecio no se hizo esperar en los pugilistas del público cuando escucharon su terminología siendo usada en su contra. Arremetieron contra el cristal gritando mil y un ofensas y amenazas. Pero Hannibal se mantuvo impasible y respondió con tranquilidad a la pregunta; hizo una seña con las manos que significaba “instinto”. Lisandro no lo entendió, pero no importaba realmente. Él se paró, el agua había subido lo suficiente como para permitirle estar de pie sin problemas sin que alguna parte de su cuerpo quedase fuera del agua, permitiéndole pelear cómodo. De ese modo podía usar ese truco sin muchos inconvenientes.
—Bien, suficiente charla. Es hora de la retribución, pugilista.
Lisandro fue el primero en avanzar dando varios saltos hacia adelante; Hannibal avanzó también para recibirlo. El primero en lanzar un golpe fue el tiburón con un jab derecho simple; el pugilista lo esquivo saltando a un lado, buscando un ángulo para atacar. Acto seguido, Lisandro volvió a atacar, ahora con la palma abierta como intentado agárralo. El ataque era lento, por lo esquivo el hombre dando un paso hacia atrás. El tiburón había quedado vulnerable para un contraataque tras ese movimiento, por lo que Hannibal iba a hacer una serie de cuatros golpes y luego apartarse para debilitarlo. Era un buen plan, pero el inconveniente era que había perdido el equilibrio. Una corriente que no había antes lo había tomado desprevenido y lo había hecho elevarse de su lugar perdiendo su agarre con el suelo. Había quedado vulnerable ante el nuevo derechazo de Lisandro que dio de pleno en su pecho y lo mandó a volar.
¿Qué había pasado? Lisandro usó la fuerza y cobertura de mano, había movido las aguas detrás de ella generando una corriente que debilito la defensa de su presa ¿eso era algo posible? No para el resto de criaturas, para él sí.
Lisandro, como todos los suyos, estaba impulsado por el odio hacia los de la superficie, hacia quienes llevan el símbolo del Punching Center como emblema; y como muchos de los suyos, vio de primera mano el horror que provocaban. Cuando apenas estaba llevando a la edad adulta, el pueblo de Lisandro fue atacado por una avanzada del Centro. Habían atacado sin piedad, golpeando todo el mundo que se resistiera o no. Ellos dejaban a los más jóvenes y a las crías para lo último y mataban a golpes a sus padres frente de ellos. De ese modo vio la muerte de sus padres que fueron usados como sacos de boxeo sin piedad por esa gente. Solo sobrevivió a esa masacre por dos razones: por su tenacidad por querer seguir viviendo y quien lo pugilizó no hizo bien su trabajo. Cuando su conciencia volvió, el olor a muerte invadió su olfato y sintió que su cuerpo estaba siendo aplastado por algo muy pesado. Intento quitárselo de encima pero no pudo, por lo que se arrastró por el poco espacio que tenía para salir de ese encierro. Cuando fue libre, pudo admirar donde había estado atrapado; una montaña de los cadáveres destrozados de su pueblo.
El odio se volvió su sangre tras ese día y fue la fuerza que le permitía levantarse para seguir entrenando y ser más fuerte. Se unió al ejército de su nación, donde recibió un entrenamiento infernal en lo más profundo de la zona abisal para convertirlo a él y a sus parecidos en máquinas de guerra para hacer frente a todo invasor, sobre todo los de la superficie. Pero Lisandro llevó ese entrenamiento más allá. Descendiendo hasta más hondo de las aguas más oscuras del océano, la zona hadal, lograr su trasformación. En la oscuridad fría de la fosa oceánica, Lisandro logró convertirse en el monstruo que quería ser y cuando subió de nuevo, su poder era tal que el movimiento de sus manos cambiaba la dirección de las corrientes marinas. Los de la superficie lo llamaron El Destructor, pero su gente lo llamaba por otro nombre: La Mano Divina.
Y La Mano creo una corriente para aplastar al pugilista con un poder similar a la de un proyectil de artillería.
Hannibal voló hasta chocar contra la pared de la arena, destrozándola y haciendo temblar el vidrio temblado. Todo el aire que tenía sus pulmones escapó de su cuerpo en grandes burbujas, algunas de color rojo. Cuando su cuerpo sintió que no tenía aire, pidió de inmediato que inhalara para oxigenarse. Hacer eso hubiera llenado sus pulmones de agua y se hubiera ahogado muy pronto, pero no podía hacerlo. Su pecho solo respondía a las peticiones de movimiento con señales de dolor. Su esternón había sido fracturado, ya no era capaz de controlar su propia respiración Hannibal.
Desesperado, su cerebro buscaba una solución para evitar ahogarse. Recordó que se encontraba bajo del agua así que la respuesta lógica era subir a la superficie. De manera instintiva, Hannibal empezó a nadar hacia arriba hasta estar de nuevo en un ambiente menos denso. Su cuerpo intentaba respirar, pero no podía, el tórax no respondía. Hannibal tuvo que tomar las riendas de su cuerpo y obligar a base de fuerza mental que su pecho se expandiera para permitir que entrara el aire. Fue uno de los actos más dolorosos que tuvo que pasar ese hombre, pero lo logró. Luego exhaló conteniendo sus gritos. Inhalo y exhalo. Inhalo y exhalo.
“¿Qué había ocurrido?”, se preguntó. “¿Me atropellaron? No, me dieron un puñetazo ¿Quién? Estaba peleando con el tiburón y-“, al recordar que había pasado, Hannibal se alarmó al ver que había perdido de vista al tiburón. “¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde?!”, pensó en pánico y viendo a todos lados sin encontrar nada. Sumergió su cabeza para buscarlo por debajo y vio a la bestia mirando desde abajo.
Lisandro se había divertido observando como su presa se agitaba en agonía arriba suyo por un momento. Luego, saltó acelerando de 0 a 100 en apenas dos segundos. Hannibal pudo levantar sus brazos para cubrirse de manera instintiva cuando vio lo que se aproximaba. Haciendo la pose de superhéroe, Lisandro emergió del agua catapultando a Hannibal unos 10 metros sobre la arena. El pugilista quedo flotando en el aire unos segundos para que lo admirase de todo el Coliseo, luego cayó inerte contra el agua haciendo un brutal SLASH.
El cuerpo de Hannibal descendía lentamente en el líquido mientras Lisandro admiraba su obra. Había sido el sujeto más duro que había combatido, pero había caído como todos los demás: como una mierda más. Lisandro se preparó para rematar a su presa ante la expectación del público. Había flexionado su brazo para destrozarle el cráneo de un puñetazo cuando de repente se despertó en el suelo. Estaba boca arriba sobre la arena viendo el techo cristalino líquido que estaba sobre él. Lisandro no comprendía porque estaba en esa posición. Podía escuchar al público conmocionado y gritando impresionado. La voz del Anunciador se escuchó sobre ese griterío.
—¡INCREIBLE! ¡INCREIBLE! ¡NO LO PUEDO CREER! —decía ese hombre a todo volumen.
Lisandro empezó a sentir que su cabeza le dolía cuando los recuerdos borrosos vinieron a su mente.
—¡JAMAS PENSE VER ESTO! ¡ESTO ES INCREIBLE!
Recordó algo mientras levantaba su torso de suelo. Iba a dar su golpe final cuando de repente Hannibal contraatacó.
—¡EL GRAN BOXEADOR, EL GRAN GOLPEARDOR DEL CENTRO DE GOLPEO DE TIBURONES ACABA DE USAR-
El ataque le había dado al costado de la cabeza, y no había sido un puñetazo, había sido…
—UNA PATADA! —gritó el Anunciador y el público enloqueció.
Hannibal de manera inesperada atacó a Lisandro con una patada giratoria superior que conecto limpiamente con la cabeza del tiburón. Un ataque que no había usado antes (si no contamos la primera patada en la entrepierna ya que eso fue un golpe bajo) y que no caracterizaba a los miembros del Shark Punching Center. Algo que dejó anonadados a sus compañeros del Centro.
—¿Qué acaba de ocurrir? —se preguntaba en voz alta Hanson.
—Una patada niño, ¿acaso nunca viste una? —le respondió Von Punch a su duda.
—No, sí, o sea, sé que es una patada, pero ¿nosotros pateamos? —preguntó confundido Hanson mientras que su perico Fede se posaba en su hombro.
Von Punch levantó su mirada viendo las luces del techo y empezó a narrar:
—La lucha contra la amenaza selacia no solo limita al mar, el océano, lagos, ríos, lagunas y cualquier otro cuerpo de agua que te imagines. Sino también en la tierra con tiburones con patas y sus simpatizantes; debajo de ella contra tiburones hechos de roca o lava; o en el cielo con tiburones capases de volar o tiburones fantasmas. Pero hay una clase de tiburón que ha resultado uno de los mayores desafíos para la lucha por la paz del Centro; los tiburones de nieve. Son como tiburones normales, pero capases de nadar en la nieve. Han resultado un desafío no porque sean más grandes o más rápidos, sino por donde se encuentran, las cimas de las mayores montañas. En esos lugares, la nieve suave entierra las piernas de nuestros luchadores impidiéndoles moverse y esquivar. Y cuando intentan atacar, la nieve absorbe el golpe y no llega hasta el selacio que devora a los soldados indefensos del Centro. Intentamos combatirlos utilizando fuego y el calentamiento global. El primero resulto útil para contenerlos en algunas zonas, pero no duraban mucho ya que los fuertes vientos los apagaban; y el segundo derretía las zonas equivocas de la montaña y hacía que hiciera más frio en invierno y que las tormentas fueran peores. Quemar tantos neumáticos resultó un desperdicio.
»Ante esta encrucijada, nuestros hermanos poco ortodoxos de oriente, reconocidos por utilizar patadas para hacer frente a los selacios, idearon un entrenamiento para contrarrestar la desventaja ambiental. Lo que hacían era enterrar hasta la cintura a la persona en un hoyo de arena diez metros de diámetro y hacerla patear hacia arriba. La arena era como la nieve, compacta y granulada. Podría decirse que la arena era nieve caliente. Llamaron a este entrenamiento como “el entrenamiento de la arena" por obvias razones. De ese modo entrenaban los músculos de las piernas para que pudieran superar la resistencia de la densidad de la nieve y permitirnos atacar de una forma que no esperasen. Muy pocos fueron los capases de sacar una pierna de la arena con una patada y muchos menos los que tuvieron el reconocimiento de pugilizar a un tiburón de nieve de ese modo.
»Fue al reino de Tailandia donde Hannibal viajó para recibir el entrenamiento de la arena e instruirse en el arte de los 8 puños, la conocida comúnmente como pugilización tailandesa; el muay thai. Entrenó por días y noches entreras las técnicas para atacar utilizando cada parte del cuerpo, como también fortaleció su cuerpo y mente para soportar los peores castigos. Y cuando estuvo preparado, comenzó su verdadero entrenamiento. Presionó cada musculo y ligamento de su tren inferior hasta poder levantar los cientos de kilos de arena que impedían a su pierna moverse. Luego de lograrlo, quiso llegar más lejos. Siguió realizando patadas bajo la arena hasta el punto que la presencia de la misma ya no suponía un obstáculo para mover su extremidad. Sino que incluso, sobrepasando cualquier expectativa, logró caminar alrededor del pozo teniendo medio cuerpo enterrado bajo la arena. Su fuerza era tal que no había liquido ni solido que no pudiera atravesar. Entones fue que subió a la cima mayor montaña de ese país, el Himalaya. En la cumbre de esa montaña se enfrentó él solo a una manada de tiburones de nieve durante una tormenta, para que fuera más épico. Tras un mes de ausencia, Hannibal volvió a bajar trayendo consigo cuatro cadáveres de tiburones de nieve solo porque tuvo que dejar el resto en el lugar y se comió dos durante el descenso. Tras eso se ganó un nuevo apodo en ese país: El Imparable.
Hanson escuchó la historia con atención, pero le surgió una cuestión.
—Señor, el Himalaya no se encuentra en Tailandia, está por la zona de Nepal, más al norte.
Von Punch se quedó en silencio un momento antes de tomar a Hanson del cuello y acercarlo mucho a su cara, espantando a Fede.
—¡Niño, ¿crees que a los tiburones les importa la geografía?! —lo regañó escupiéndole en la cara.
Volviendo al combate, Hannibal tras conectar su patada aterrizó en la arena y busco rápidamente una de esas mangueras para poder respirar. Vio una y corrió hacia ella para oxigenarse. Con mucho esfuerzo pudo purgar el regulador e inhalar. Era muy difícil y doloroso, no solo en su pecho, sino también en sus brazos. El bloquear el salto de Lisandro había dejado fisuras en los huesos de sus dos antebrazos.
Permaneció allí, aprovechando cada segundo que tenía para recuperar cada gramo de energía que pudiera. Cuando notó que el tiburón se había despertado, frunció el ceño y tiró la manguera de aire tras respirar profundamente una última vez. Lisandro lo observó un momento desde la distancia. Ahora entendía porque había sentido que lo habían partido antes, sus patadas eran mucho más fuertes. Si era así ¿Por qué no las usó antes, desde un principio? Se le ocurrían dos motivos al escualo. El primero era que lo había subestimado y creyó que necesitaría de esas técnicas para derrotarlo. La segunda era por principios parecidos a los suyos que le impedían usar la mordida, que debe matarlo a puñetazos sí o sí. O incluso una mezcla de las dos, no lo sabía. Pero no importaba. Iba a matarlo a golpes de igual modo.
Permanecieron unos segundos más observándose hasta que ambos se pararon a la vez y reanudaron el combate lazándose contra el otro. El primero en lanzar un golpe al encontrarse fue Lisandro, un derechazo; Hannibal lo esquivó y lanzó una patada a la espalda del escualo. Este se tambaleo ante la sensación de ser partido a la mitad, pero respondió rápidamente girando su cuerpo y arrojando al piso con su cola al pugilista. Él pudo levantarse rápidamente y cubrirse de los siguientes dos jabs del tiburón. Cada golpe hacia vibrar su cuerpo de dolor, pero el boxeador no iba a retroceder.
Dio un paso y clavó su codo entre las branquias del torso de su oponente. Un nuevo tipo de ataque que no esperaba Lisandro; Hannibal estaba liberando sus técnicas que aprendió en Asia del Sur. Sin dejarle un respiro a su adversario, dio tres puñetazos al tórax y uno en la cabeza. Cada golpe suyo generaba una onda de choque en agua y se marcaba en la carne del selacio hasta la capa más profunda. Lisandro lo apartó con un golpe con el dorso de a la mano en la cara. Ambos dieron dos pasos hacia atrás y un segundo después volvieron a cargar.
Lisandro abrió su mano y la movió frente de Hannibal para invocar una corriente que lo arrojase al suelo y poder acabarlo allí. La Mano Divina hizo lo suyo y creó una corriente que arrastró efectivamente al pugilista, pero no tuvo el resultado que él esperaba.
El boxeador esperó la corriente, no entendía como lo hacía, pero sabía que lo hacía, así que decidió aprovecharla. Vio que se movió de la mano del tiburón era en diagonal, de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda. Para contraatacar saltó hacia arriba a la derecha y dejó que la corriente lo llegase hacia abajo. Usando el impulso de la corriente y su propia fuerza enterró un codo en la cara del tiburón. Había usado la Mano Divina en contra de su creador.
Hannibal no tenía intención de perder la ventaja que obtuvo así que atacó sin cuartel, con todo lo que tenía a Lisandro que se protegía como podía. El tiburón intentó lanzar una patada recta para quitarse de encima al humano, pero falló; Hannibal lo esquivo y decidió dar su propia patada que cayó sobre la rodilla de la bestia. Esta se tambaleo un lado apenas soportando el impacto. La segunda patada de Hannibal fue contra cabeza, pero fue bloqueada con el antebrazo del escualo. Como tuvo que saltar para conseguir que la altura necesaria para conectar el golpe, el pugilista quedo flotando en el agua al descubierto. Lisandro tampoco desaprovecho su oportunidad y contraatacó con un golpe al pecho. El hombre presionó sus mandíbulas al máximo posible para evitar que el aire escapase. El golpe le hizo retroceder unos metros hasta que pudo detenerse y levantar su guardia.
“No sé si aguantare diez segundos más”, pensó Hannibal mientras Lisandro daba un paso hacia adelante.
“No sé si aguantare siquiera el siguiente segundo”, siguió pensado mientras el tiburón levantaba el puño.
“Tengo que matarlo ¡ya!”, pensó desesperado el pugilista.
Lisandro lanzo un jab izquierdo recto hacia la cara de Hannibal, este lo esquivo al último segundo y avanzó. Él también arrojo un jab, uno derecho que conecto con la cara de Lisandro. Sintió como el puñetazo no solo lastimó al tiburón, sino a él mismo también. Las fisuras del cubito y el radio se habían gravado gracias a la fuerza del choque. Eso le decía que había sido un buen golpe.
Siguió con un codazo izquierdo a las branquias y una patada a la rodilla para derribarlo. Los golpes conectaron y el tiburón cayó de rodillas. Era el momento. Hannibal flexiono su brazo izquierdo llevándolo para atrás, y usando toda la fuerza que tenía golpeó al tiburón en la cara.
CRACK
El sonido viajó por el agua y chocó contra el cristal, disipándose. Nadie en el Coliseo lo escucho más que los dos Combatientes. Por un momento, el tiempo se detuvo. Nadie se movía, nadie gritaba, nadie golpeaba. Solo quedaron estáticos en sus lugares. En ese momento, ambos supieron que le fin estaba cerca.
El tiempo se reanudo y la cabeza de Lisandro retrocedió mientras que el brazo de Hannibal continuó su trayecto. Parecía claro para los espectadores, Hannibal había dado el golpe de gracia y había terminado la batalla con su victoria. Los pugilistas ya estaban elevando la voz y el Anunciador se preparaba para dar el anuncio, pero el maestro del show y viejo pugilista se dieron cuenta y quedaron mudos. El brazo de Hannibal se doblaba en dos ángulos diferentes. El cubito y el radio izquierdos habían cedido a la presión del golpe y se rompieron.
Eso no significaba que no hubieran causado daño al tiburón, el equivalente al maxilar humano de Lisandro había sido destrozado y había perdido una gran cantidad de dientes de su primera hilera y algunos de la segunda se aflojaron. Su mente había entrado en un estado de seminconsciencia a causa del golpe. No podía ver, escuchar ni sentir su entorno; había caído a oscuras. Y en esa oscuridad la mente racional que desarrollo su especie para enfrentar a los humanos dio paso un instinto primitivo que solo buscaba matar. El instinto primero olio el ambiente, había sangre en todos lados y su olor lo cubría todo; pero sentía que era más fuerte el olor a una distancia muy corta. Era claro, una presa herida. ¿Pero dónde estaba? El instinto despertó un sentido que había sido abandonado a favor de desarrollar su vista y oído para combate cercano; sus electrorreceptores. Ese sentido durmiente reaccionó y sintió un ser que se movía un poco a la izquierda frente suyo. El instinto ordenó atacar.
Usando toda la fuerza de su espalda, el tiburón detuvo su movimiento hacia atrás. Luego presionando con aun más fuerza hizo que su cuerpo fuera para adelante y lanzó un golpe de martillo con su brazo derecho hacia donde estaba la presa. El golpe dio con el hombre izquierdo de su blanco, rompiendo sus huesos y derribándolo.
Ambos Combatientes quedaron el piso; Lisandro vomitando sangre y dientes de su boca que no podía cerrar, y Hannibal intentando soportar el dolor del golpe que recibió y de haber caído sobre su brazo roto. Estuvieron quietos por varios segundos que parecieron horas hasta que Hannibal empezó a arrastrase con su brazo no-roto. En vez de intentar alejarse e intentar salvar su vida, él se acercaba a su oponente. No le importaba si tenía uno o los dos brazos rotos, iba a seguir golpeando hasta el final. El pugilista utilizó a Lisandro como apoyó para levantarse, pero antes que pusiera levantar la mano, Lisandro lo volvió a derribar con puñetazo en la boca. El hombre cayó al piso una vez más boca arriba.
Lisandro, buscando cazar, se arrastró hasta quedar sobre él. El tiburón iba a morder y arrancarle la cabeza a su presa, sin impórtale su tenía la mandíbula rota o no, iba a matar. Pero antes de poder hacer algo, la mente racional volvió a tomar el control cuando sus ojos se toparon con los del hombre.
Ambos estaban cubiertos por una tela roja que salía de sus cuerpos y subía hacia arriba; como retratando alguna clase de escena trágica mientras ambos guerreros se miraban. Sus miradas estaban teñidas con el rojo de los capilares rotos de sus ojos y la neblina del cansancio. Sus caras están retorcidas y rasgadas por las heridas y los moretones hinchados. Sus cuerpos estaban totalmente destrozados, no había centímetro que estuviera cubierto por las marcas de esa batalla. Pero incluso así, mal heridos y al borde de la muerte, la llama que alimentaba el deseo de lucha y violencia dentro de cada uno aun brillaba sin intención alguna de apagarse. Lisandro y Hannibal sabían que todo esto solo podía terminar de una única manera, y ellos no deseaban que acabase de otro modo.
Ambos flexionaron sus brazos derechos lo máximo que podían y arrojaron un puñetazo. Solo el golpe del más grande llego a destino. Un tamaño mayor implicaba tener un brazo más largo, por lo que solo el puño de Lisandro llego a destino.
Otro puñetazo; el público del Coliseo disfrutó de la torna inesperada del último segundo del combate y empezó a festejar a Lisandro.
Un puñetazo más; los pugilistas miran en shock cada golpe que recibió su campeón en el piso, sin poder comprender lo que ocurrió frente suyo.
Otro puñetazo más; el Anunciador meritaba sobre desarrollo del combate, realmente había sido un evento memorable.
Luego otro puñetazo; luego otro puñetazo; luego otro puñetazo; luego otro puñetazo; luego otro puñetazo. Lisandro intento dar otro puñetazo más a la cara Hannibal, pero sus fuerzas se acabaron y se dejó caer hacia un costado. Terminó en piso intentando respirar con dificultad junto al cadáver de su oponente. La cara del pugilista había sido aplastada bajo el peso de los puños de su rival y el contenido de su cráneo abandona su contenedor para mezclase son el agua salada de la arena.
—¡DAMAS Y CABALLEROS! —gritó el Anunciador— ¡EL GANADOR HA SIDO DECIDO! ¡QUIEN SE ALZA CON LA CORONA DEL REY DE LA CADENA ALIMENTICIA NO ES OTRO MÁS QUE EL TIBURON!
Los gritos del público satisfecho inundaron el lugar y cientos de apostadores ya fantaseaban con cobrar sus ganancias de esa noche, y otros cientos se lamentaban por sus pérdidas. Pasaron los minutos y la gente empezó a abandonar el Coliseo, charlado sobre la pelea. La arena se desagoto cuando el personal del Circenses retiró los cuerpos de los combatientes. En el lugar solo quedaron los pugilistas, quienes aún no podían aceptar lo que habían visto. Apretaban los dientes de rabia y dolor por no haber podio ayudar a su hermano de armas. Permanecieron así un largo rato hasta que uno se atrevió a hablar.
—Señor —dijo Hanson— ¿nos vamos?
Von Punch se encontraba viendo la arena con una mano apoyada sobre el cristal. No se había movido de esa posición desde que retiraron el cuerpo de su viejo amigo. Entonces, habló hacia el joven:
—Chico, ¿Por qué peleamos?
—¿Cómo, señor?
—Instinto, esa es la respuesta —respondió Von Punch—. Desde el principio la humanidad ha estado destinada a enfrentarse a los tiburones. Es algo que llevamos en nuestro ADN, como necesitar respirar o comer. Cuando vemos un tiburón, necesitamos golpearlo. Una necesidad natural. Los humanos debemos golpear a los tiburones y borrarlos del planeta. Un instinto que nació cuando nuestros ancestros se encontraron por primera vez con los selacios y decidieron parase en dos patas y empezaran a entrenar sus puños para poder golpearlos en la cara. Nuestro cuerpo fue evolucionado para cumplir con esa misión.
Von Punch empezó a soltar un discurso que atrapo la atención de sus hermanos y hermanas. Mientras hablaba, cerro su mano que apoya sobre el cristal en un puño.
—¡Evolucionamos para ser las mejores máquinas para el combate! Pero la comodidad y los problemas de superficie nos alejaron de nuestro propósito original, alejándonos de los océanos para adentrarnos más dentro de los continentes. Pero cuando creamos la barca y nos hicimos a la mar, volvimos a encontrarnos con ellos. Los débiles tuvieron miedo y huyeron, y hasta llegaron a venerarlos, rogando por su perdón. Pero los fuertes, quienes aún recodaban la razón que impulso el crecimiento de nuestra espacie, cerraron los puños y saltaron al combate.
Cada palabra que decía tenía más convicción que la anterior. Sus hermanos asentían a lo que decía y lo apoyaban. Golpeo el cristal con fuerza y se dio la vuelta hacia su gente.
—¡Esa gente fue tachada de ‘locos’ e ‘idiotas’ por el resto, pero quienes recordaron nuestro propósito se unieron y crearon escuelas y artes del combate para entrenar a las futuras generaciones hacer frente a la amenaza selacia! ¡Hasta que un día, un grupo de guerreros que luchaban por la paz en diferentes partes del mundo decidieron unificar sus conocimientos y unirse para luchar juntos ya que tenían una misma causa! ¡Ese pequeño grupo fue creciendo hasta terminar abarcando todo el mundo! ¡Convirtiéndose en el la institución que es hoy en día, el gran Shark Punching Center! ¡Hermanos, hermanas, nosotros peleamos no solo cumplir la misión del Centro, sino cumplir la misión de la humanidad misma: golpear a los tiburones y asegurar la paz en el mundo!
Los pugilistas exclamaron en afirmación, en un espirito renovado.
—¡Hermanos míos, lo que ocurrió hoy no quedara impune! ¡Nosotros tendremos nuestra venganza sobre las bestias y pugilizaremos hasta el ultimo de ellos! ¡Por nuestro hermano caído! ¡Por nuestro sueños y esperanzas! ¡Por el Centro! ¡Nosotros ganaremos!
—¡SPC! ¡SPC! ¡SPC! —empezó a decir uno de esos pugilistas— ¡SPC! ¡SPC! ¡SPC! ¡SPC! —luego se le unió otro al coro, luego una más y otro más— ¡SPC! ¡SPC! ¡SPC! ¡SPC! ¡SPC! ¡SPC!
Al final, todo ese grupo de golpeadores gritaba al unísono las siglas de su organización alzando los puños al aire como un grito de guerra para honrar a su hermano caído y prometer su venganza. Mientras eso pasada, el personal del Circenses los observaba desde lejos. Preguntándose quien seria el valiente que les tendría que decir que se retirasen del lugar.
Procedimientos Especiales de Contención: Por sus características SCP-ES-294 no es contenible, en su lugar se recomienda la vigilancia de las ubicaciones donde la anomalía es accesible para la identificación de Personas de Interés desde los lugares y métodos que sean convenientes para cada lugar.
Los agentes seleccionados para la vigilancia interna de SCP-ES-294 deben identificar a las Personas de Interés en las zonas del casino y el hotel, averiguar todo lo posible sobre la anomalía y, durante la Temporada, registrar los combates realizados en el Coliseo. Los agentes tienen prohibido apostar dentro de SCP-ES-294.
Actualización: Al Departamento de Comunicaciones se le permitió difundir noticias falsas sobre SCP-ES-294 para la difamación de la anomalía y reducir su número de clientes. Se realizarán esfuerzos para lograr la ilegalización o prohibición de las actividades de SCP-ES-294 en todos los nexos que la Fundación tenga conocimiento que está presente una entrada a la anomalía y tenga control o influencia en sus actividades políticas.

Recibidor de SCP-ES-294
Descripción: SCP-ES-294 es la designación de una instalación anómala accesible desde ciertos complejos ubicados en varias ciudades a nivel global incluidos varios nexos6 (la mayoría, por no decir todos, siendo de conocimiento público y anteriormente considerado como un lugar de entrenamiento durante las Temporadas; y ocio y juego el resto del año) por medio de un ascensor que aparece en dichas estructuras. El ascensor es custodiado por dos guardias que registran a los ingresantes en búsquedas de armas y objetos “prohibidos” (siendo estos objetos con los cuales se considere que pueden hacer trampa en el casino o sustancias ilícitas) para luego pulsar el botón para llamar al ascensor.
Aunque es posible reducir a los guardias, el botón del ascensor no funcionará en esta situación. Las entradas que sean ocupadas desaparecerán luego de 24 horas y aparecerán en un lugar diferente. Tras ingresar, el elevador descenderá durante un minuto exacto, tocando música genérica de ascensor, hasta llegar a SCP-ES-294. Aunque es posible comunicarse con dispositivos, como teléfonos o radios, desde SCP-ES-294, las señales de localizadores desaparecen una vez se ingresa en el ascensor.
SCP-ES-294 consta de las siguientes características:
- Una recepción que conecta a los ascensores con las dos zonas principales de SCP-ES-294, donde varios miembros del servicio (denominados como SCP-ES-294-A) reciben a los ingresantes y les indican los servicios del lugar. Abandonar SCP-ES-294 por un elevador diferente al de entrada no afecta el lugar de salida, que siempre es el mismo que por dónde se ingresó.
- El Coliseo, que posee una capacidad aproximada de 10.000 espectadores con palcos VIPs. Una arena de combate con pantallas de estadio sobre la misma que muestran fichas de los Combatientes y el combate en tiempo real. Cuando no ocurre un combate, se presenta como un espacio vacío circular con un suelo de tierra. La apariencia de la arena es alterada, por métodos anómalos, para adaptarse a las necesidades del combate u obteniendo aspectos temáticos (se hará referencia como “arena estándar” cuando esta arena no sufra cambios físicos). Es posible apostar para los combates de la Temporada en la entrada del mismo.
- Un hotel-casino de 4 estrellas -manejado por Kalmiq, Azar y Placer (GdI-217)- llamado “Circenses” que pueden usar los ingresantes para hospedarse7. Los espectadores quienes pagan el hospedaje obtienen beneficios como gradas de lujo o acceso a palcos VIP dependiendo la opción adquirida. Las anteriores ofertas solo están disponibles durante la Temporada. El casino posee diferentes juegos de azar típicos de estos establecimientos, además de una zona de apuestas para los combates.
- La cripta, la cual se encuentra por debajo del hotel-casino y del Coliseo, que posee varios ascensores y escaleras que comunican estas zonas. La zona posee múltiples cámaras fúnebres decoradas con gran variedad de estilos artísticos y tradicionales de diversas culturas. La función o utilidad de esta zona no está totalmente clara actualmente (Véase Anexo 2).
De forma anual, durante el mes de julio normalmente, se realiza un evento en SCP-ES-294 denominado como “Temporada”. Las Temporadas consisten en la realización de combates a muerte –en modalidades de 1 contra 1, en grupos o entre ejércitos- entre diferentes figuras históricas, míticas y/o anómalas (denominados de manera general como “Combatientes”) en el Coliseo. Cada combate es anunciado y comentado por una instancia de SCP-ES-294-A (referida desde ahora como “El Anunciador”) que presenta a los Combatientes y la manera en que se realizará el combate; realizándose de uno a tres en cada Temporada. Varios agentes que presenciaron los combates informan de una “emoción elevada” durante los mismos que les genera el deseo de alentar a los Combatientes y, en la minoría de reportes, apostar en los siguientes enfrentamientos.
La Fundación tuvo conocimiento inicial de SCP-ES-294 por alrededor del año 2009, a través de varios rumores que empezaron a circular en varios nexos sobre una arena subterránea de gladiadores y la declaración de varios individuos de haber sido espectadores de los combates. La existencia de la anomalía no pudo confirmarse hasta mayo de 2012, cuando se empezó a publicitar a la anomalía en varios nexos8, a crear “entradas oficiales” y ofrecer reservaciones más económicas antes del inicio de la Temporada. Durante la primera incursión en SCP-ES-294, en 2014, El Anunciador declaró que era la 1° edición del “Coliseo de Leyendas” aunque varias fuentes confirmaron una actividad desde 1999.
La prohibición o ilegalización de las actividades de SCP-ES-294 ha tenido éxito para eliminar la presencia de las entradas en los nexos donde está presente como fue el caso de Eurtec por parte de la Coalición.
Los siguientes son artículos recolectados del periódico The Lighthouse de Tres Portlands sobre el impacto social que SCP-ES-294 en sus primeros años de actividad.
Muerte y sangre entre el Ganster y el Yakuza en un coliseo moderno
Por Daniels Evans
El día de ayer se abrió el tan anticipado Coliseo de Leyendas en el Casino Circenses, en algún lugar por debajo de la tierra. Ingresé por las grandes puertas decoradas hacia el estadio más grande que he visto en mi vida. Gente no solo de Tres Portlands estaban allí, había individuos de oriente y occidente, de lugares inalcanzables que no podía ni imaginar como serian reunidos allí para el espectáculo.
Me senté en las gradas en medio de toda esa multitud expectante de lo que ocurriría, un sentimiento que compartía. Tras largos minutos, se apagaron las luces para un único foco iluminase a un hombre en la alto de la arena.
El hombre nos saludó y nos dio la bienvenida a la primera edición del Coliseo de Leyendas. Para prolongar más la espera, presentó el campo de batalla.
Una construcción sin techo apareció a la mitad de la arena. Parecía un bar que mezclaba estilos occidentales del principio del siglo XX con decoraciones orientales. El presentador la llamó a ese lugar como El Bar del Crimen, el lugar donde lucharían las dos estrellas de esa noche.
Primero hizo la presentación de uno de los hombres que marcó un hito en la historia del crimen estadounidense. Un capo que dominó Chicago durante la ley seca, reconocido por su crueldad y violencia en la Masacre del San Valentín. Un señor del crimen organizado que creó la imagen de la mafia que hoy tenemos. Alguien que nunca lograron atrapar por sus crímenes, pero cayendo prisionero en la macabra Alcatraz por evasión de impuestos.
El temible Scarface, el gánster Al Capone.
Tras tal introducción, un hombre de buena estatura9 vestido como te imaginarias: traje negro con un sombrero fieltro y portando una ametralladora Thompson en la mano ingresó por la una puerta del bar y se dirigió a la barra. No sabría decir si era “Al Capone” o no ahora, pero en ese tiempo no dude y me uní al resto del público en su exaltación.
Tras esto, el presentador preguntó quién podría compararse con ese hombre. Menciono muchos nombres desde Richard Chappell hasta Pablo Escobar, pero ninguno lo igualaba; a excepción de uno.
Un hombre que convirtió a una banda de ladrones de segunda monta en la organización criminal más grande de la tierra del sol naciente. Un hombre que solo pensaba en grande, un hombre que se expandió en cada ámbito y aplastó a todo aquel que se le imponía. Marcando su nombre en la historia de Japón.
El tercer capo del Yamaguchi-gumi, el Padrino Japones, el yakusa Kazuo Taoka.
Entonces otro hombre, un asiático con una gabardina blanca10 ingresó desde la parte de atrás y se puso en frente de Al Capone. El público volvió a enloquecer.
Dos de los peores hombres de la historia reciente se encontraban frente a frente. No soy especial fan de la violencia, pero mi corazón no daba más por ver ese enfrentamiento como el resto de la arena. Y el presentador lo sabía, por lo que con un grito dio inicio al combate.
Al principio no ocurrió nada. Al capone estaba sirviéndose un trago y Taoka simplemente lo miraba. Sin más, el gánster dijo “Nada personal” y el yakuza respondió que “igualmente”.
Ambos hombres levantaron sus armas y se apuntaron. Al Capone su metralleta y Taoka un revolver que saco de su abrigo. Jalaron el gatillo y nada paso. Como si fuera una comedia el presentador dijo “Se me olvido decir que no hay balas, lo lamento ¡Improvisen!”.
Ante tal situación, Al Capone blandió su arma como un garrote y arre-metió contra el japones. Él hombre pudo esquivar los ataques que chocaban y rompían todo objeto cercano.
Por su inutilidad, Taoka lanzó su arma a la cabeza de Al Capone, dando en el blanco. Se tambaleo hacia atrás, pero pudo mantener de pie. Cuando vio venir la botella, se cubrió la cara con su brazo. Botellas y otros decorados volaban hacia el mafioso que quedaba cubierto de licor y vidrio roto.
Al Capone tomo una mesa y la tiró, usándola como cobertura para protegerse. Taoka saltó la barra, sin dejar de arrojar cosas y empezó a revisar que había tras ella, encontrando algo útil.
Al Capone se atrevió a levantar la cabeza para ver a un Taoka armado con un bate de beisbol yendo hacia él a toda velocidad.
Hubo un intercambio de golpes donde cada uno daba, recibía y esquivaba con ferocidad. En un momento donde parecía que el mafioso era dominado por el japones, este soltó su arma y tacleo a su oponente.
Una lucha bestial empezó en el piso con los gritos por sangre de la audiencia acompañaban como una banda sonora de una película.
Giraron, se golpearon y se mordieron uno al otro sobre el piso cubierto de sangre, licor y cristal para que al final un lastimado Al Capone se levantara apoyándose en una silla, mientras un apalizado Taoka permanecía en el suelo.
Parecía el final de esa refriega sangrienta, pero una cosa inesperada ocurrió. Dos vainas cayeron del cielo. Una la recogió un confundido Al Capone que reveló la hoja brillante de la catana. La otra la desenvaino un renovado Taoka que se levantó de manera impresionante y atacó con un grito de guerra a un ahora sorprendido y atemorizado Al Capone.
Las espadas chocaron un par de veces, pero era claro que Taoka era quien controlaba el combate. Hirió varias veces a Al Capone mientras que este solo podía defenderse como podía.
El resultado del encuentro parecía claro, hasta que una casualidad ocurrió. Taoka se resbaló con el alcohol, la sangre o ambas sustancias que había en el suelo. Pudo evitar caer, pero fue la una oportunidad que Al Capone no desperdicio.
Abalanzándose con furia apuñaló a Taoka en el pecho; una herida mortal que acabo con la vida de su oponente. Con el cuerpo sin vida del yakuza a sus pies y el arma asesina en sus manos, Al Capone fue declarado como el ganador del enfrentamiento.
No sé si es justo o no que esas dos personas que tanto mal han hecho sufran de ese modo y sean exhibidos como un espectáculo para entretener a las masas. Pero lo que si tengo claro es que estaré presente en el próximo combate de la próxima semana en ese coliseo.
”Inmoral y barbárico”
Varios grupos de personas de la comunidad han presentado varias quejas referentes al Coliseo de Leyendas a pocas semanas del inicio de la segunda temporada de combates en la arena.
Estos grupos han clasificado a los combates del Coliseo como actos “inmorales y barbáricos que van en contra de toda decencia humana” y piden por el cierre del establecimiento.
El ayuntamiento aun no hecho ninguna declaración respecto al tema…
Manifestantes echados por fanáticos
El día de ayer se llevó a cabo el primer combate de la tercera temporada del Coliseo de Leyendas. El ambiente era tenso en las entradas al casino por los incidentes del año anterior.
Manifestantes, inconformes ante la pasividad del ayuntamiento por las actividades del Coliseo, decidieron bloquear las entradas al lugar e impedir el ingreso a las mismas. La seguridad del lugar intentó expulsar a los manifestantes, pero los mismos se resistieron a marchase. Lo que culmino en enfrentamiento entre un miembro de seguridad y varios manifestantes. Cuando las fuerzas de seguridad acudieron al lugar lograron detener la pelea.
El miembro de seguridad del casino resulto con varias lesiones y laceraciones que tuvieron que ser atendidas por paramédicos.
Ante un incidente similar, el Circenses solicito apoyo a la policía de Tres Portlands para proteger sus entradas, pero esto no hizo falta.
Fanáticos del Coliseo impidieron la formación de los manifestantes a varias calles lejos de las entradas y los echaron.
Uno de los fanáticos declaró que estaban cansados que quisieran arruinar la diversión del evento; que ellos llevaban esperando un año entero este día con ansias y no iban a permitir que nadie lo arruinarse.
Nicoleta Cosoi, gerente del Circenses y en- cargada del Coliseo, comunico en sus redes sociales su aprecio y agradecimiento hacia la comunidad de Tres Portlands por su apoyo con el Coliseo, y que estará gustosa de entregar los mejores combates para la diversión de su público.
La siguiente transcripción es parte de una serie de exploraciones realizadas en SCP-ES-294 por parte del equipo de vigilancia e investigación de la anomalía con el uso de un equipo experimental anti-memético para ingresar en las zonas con más vigilancia y presencia de instancias de SCP-ES-294-A. El registro fue grabado por el agente Eithan Eiros. El agente había ingresado por una puerta en el área de empleados del casino que daba a una escalera, iluminada por varios focos eléctricos a los costados, que descendía varios metros hasta una sección antes desconocida de la anomalía.
[INICIO DEL REGISTRO]
Se observa el final de las escaleras mientras el agente desciende por las mismas. Al terminar de descender, el agente se encuentra con un túnel de piedra con forma de arco. A unos metros de distancia se pueden ver dos estatuas con dos braseros encendidos en su base a cada lado de la salida del túnel.
EIROS: Base, ¿aún me recibes?
BASE: Sí, Eiros. Fuerte y claro.
EIROS: Bien, continuo explorando.
El agente avanza por el túnel. Al llegar al otro lado del mismo, se logran ver con mayor detalle las estatuas. Ambas esculturas poseen un estilo grecorromano, representando a dos soldados armados con una lanza y una espada que parecen vigilar la salida del túnel.
El agente abandona el túnel y se encuentra con un pasillo grueso que se extiende más allá del alcance de la cámara. A su derecha e izquierda se ven dos aberturas. El agente se dirige hacia la de la derecha.
EIROS: Bien, este lugar es una tumba.
Se puede observar una habitación iluminada por varios focos fluorescentes en el techo, con una apariencia que imitaría a una tumba egipcia: jeroglíficos y representaciones religiosas fúnebres de la tradición egipcia están presentes en las paredes; una estatua de un faraón con adornos dorados y negros al fondo del lugar, a sus pies se encuentra un chacal y un brasero apagado. En el centro se halla un sarcófago similar a los utilizados por los reyes egipcios.
BASE: Eiros, revisa la habitación opuesta del pasillo.
El agente se da la vuelta y se encamina a la abertura del lado opuesto. La habitación posee en sus paredes representaciones medievales de batalla; una estatua de lo que parece ser un rey con armadura sosteniendo un espada y portando un escudo con colores rojos y azules al fondo del lugar, encontrándose en el centro un sarcófago de bronce con una efigie con el mismo patrón de colores.
EIROS: Okey, empiezo a revisar el lugar.
El agente empieza a registrar ambas habitaciones, en algunos momentos retirándose su cámara corporal para grabar de mejor manera las pinturas y objetos de las mismas. Los análisis posteriores de las imágenes revelarían que las tumbas supuestamente pertenecerían al rey egipcio Tutankamón y al príncipe ingles Eduardo de Woodstock, respectivamente11. Además de esta inconsistencia, las pinturas de las paredes y algunas inscripciones indicarían que ambos individuos tuvieron un enfrentamiento, donde el primero fue asesinado a manos del segundo.
El agente continúa avanzado, entrando en otras cuatro cámaras con similares características a las dos primeras, pero imitando los métodos artísticos y fúnebres de las culturas de sus supuestos ocupantes; siendo estas pertenecientes a: Gichin Funakoshi (japonés), Bruce Lee (las pinturas eran reemplazadas por fotos de su carrera como artista marcial), Gilgamesh (sumerio) y Heracles (griego antiguo).
EIROS: Esto es diferente.
Una gran compuerta de acero se encuentra al final de una bifurcación a la derecha del pasillo
EIROS: Ni idea de qué puede haber allí y a simple vista no parece que pueda abrirlo. Seguiré avanzando y revisando este mausoleo, o lo que sea esto.
BASE: Aquí dicen que parece ser más bien una cripta.
EIROS: Lo que sea, no me gusta este lugar.
El agente registró otras tres cámaras. Las primeras dos pertenecientes, supuestamente, a William Wallace (europeo medieval) y Miyamoto Musashi (japonés); la tercera no poseía decoración alguna, únicamente estando presente en el centro de la habitación dos sarcófagos sin ninguna marca que los identificase, con un sombrero fieltro que reposaba sobre cada uno.
Al abandonar la tercera cámara, se escucha un ruido mecánico retumbar en el pasillo. Al girarse, se logra vislumbrar una luz originándose a varias decenas de metros del agente.
EIROS: Creo que eso fue un ascensor, uno grande. Voy a revisar allí, a ver que hay.
El agente empieza a trotar hasta la luz, pasando de largo las entradas de varias cámaras a su paso.
Al llegar al origen de la luz, se observa a varias instancias de SCP-ES-294-A transportando varios ataúdes con cubiertas negras en zorras hidráulicas hasta una de las cámaras del lugar, la cual poseía una apertura considerablemente más grande que el resto. Tanto el agente como el personal en la base sienten un leve dolor en los ojos al ver en esa dirección que ignoraron durante el procedimiento. Las instancias ignoran al agente por su equipamiento, lo que le permitió acercarse para examinar. Los ataúdes no poseen ninguna marca identificadora, y las instancias de SCP-ES-294-A usan lentes oscuros y mantenían la vista baja mientras avanzaban.
Cuando el agente intentó ingresar en la cámara, tanto él como los operadores en la base sufrieron de un dolor agudo en los ojos que obligó al agente a apartarse. El análisis de las imágenes capturados con filtros meméticos y cógnito-peligrosos revelaron una sala amplia con múltiples ataúdes dispuestos alrededor de una gran estatua de una serpiente alada con cabeza de león; en las paredes hay mosaicos que poseen agentes meméticos que provocan dolor al visualizador, los cuales representan varias escenas de matanza y canibalismo.
El agente permanece agachado contra una de las paredes, recuperándose.
BASE: Eithan, ¿estas bien?
EIROS: Sí, sí. Solo dame un momento para recuperarme (quejido).
Silencio.
EIROS: ¿Quieren que entre en el elevador para ver donde me lleva o…?
BASE: Mejor no, no sabemos a dónde te llevaría o si sabrías como volver. Intenta registrar el resto de la zona y luego regresa.
EIROS: Entiendo.
El agente se levanta y frente a él puede observar a Nicoleta Cosoi, acompañada de otros dos pares de instancias de seguridad de SCP-ES-294, observando como mueven los ataúdes. Hay silencio por unos momentos hasta que una instancia se dirige a Cosoi.
SCP-ES-294-A: Buenos días, señora. ¿Qué hace aquí?
COSOI: Buenas. Venía a avisarle que el sarcófago del karcista llegará la semana próxima.
SCP-ES-294-A: ¿En serio? Okey, entendido, entendido. Nosotros casi terminamos de bajar a la infantería. Dos viajes más y terminamos.
COSOI: Bien, perfecto.
SCP-ES-294-A: Está bien, pero… ¿Por qué bajó aquí, Señora? Quiero decir, bien pudo decirme esto arriba o mandar a otro a avisarme. Es… extraño verla por aquí.
COSOI: (Silencio) ¿No vio a nadie?
SCP-ES-294-A: ¿Perdón?
COSOI: ¿Qué si vio a alguien?
SCP-ES-294-A: No, Señora. Aquí abajo solo estamos nosotros y dudo que alguien del casino haya bajado. Pero puedo preguntarle a los que se quedaron acá abajo esperando si vieron algo.
COSOI: No hace falta. Voy a dar una vuelta.
SCP-ES-294-A: ¿Quiere que los acompañe o-?
COSOI: (Interrumpiendo) No, vuelva a su trabajo, por favor.
Cosoi se retira por el pasillo seguida por las instancias de seguridad y poco después la instancia de SCP-ES-294-A vuelve a ingresar en la cámara. El agente permanece un momento quieto antes de hablar.
EIROS: Saben que estoy aquí ¿Qué hago?
BASE: Esta bien Eiros, regresa por donde entraste y sal de allí por precaución, que no esperábamos que te detectasen. Si aun no bloquearon esa salida no deberías tener problemas. Si está bloqueada tendremos más problemas.
El agente obedece y regresa al túnel inicial y empieza a subir por las escaleras. Cuando abandona la zona el agente se encuentra con tres guardias de seguridad esperando del otro lado de la puerta. Hay una clara confusión en los guardias al ver la situación debido al equipamiento del agente que les impide comprender lo que ven. El agente rápidamente huye de la escena.
[FIN DEL REGISTRO]
El agente Eiros pudo regresar sin más contratiempos a la base. Intentos posteriores de exploración para investigar esta zona no han sido posibles debido a que la entrada del área de empleados no ha podido ser localizada nuevamente. Intentos de encontrar una segunda entrada a la zona de la cripta siguen en curso.
Tras la exploración también se informó que un individuo perteneciente a la Alta Mesa12 conocido como Alekséi Volkov se reunió con Cosoi en privado. Se desconoce la razón de la reunión, o si está relacionada o no con la exploración de la cripta.
La Temporada 2017 fue la temporada donde se realizaron más combates (cinco en total) y el encuentro más grande registrado. Los combates de esta temporada fueron presentados como un “especial” del enfrentamiento entre los grupos sarkicos contra varios enemigos ancestrales de los suyos por parte de SCP-ES-294. Por cuestiones de la brevedad, se hará un listado de los encuentros menores de la temporada (para el registro completo de todos los combates, solicite el archivo a un encargado del ASRI) y se presentará un resumen del encuentro mayor.
Fecha: | 01/07/2017 |
---|---|
Combate: | La Iglesia Ortodoxa de la Obra Dentada vs El Gigante13 |
Fecha: | 04/07/2017 |
Combate: | Los Hijos de la Vid vs El Refugio Negro del Cazador |
Fecha: | 08/07/2017 |
Combate: | Maxwellistas vs La Logia de Aguasnegras |
Fecha: | 12/07/2017 |
---|---|
Combate: | Las Valquirias vs El Karcista Oar y su ejército |
La arena del combate se transformó en un terreno extremadamente amplio con un suelo volcánico. Un grupo de 51 Combatientes del género femenino ingresaron en la arena, vistiendo una armadura completa de un estilo desconocido y portando espadas, lanzas, arcos y escudos se enfrentó a un ejército de cientos de Combatientes con alteraciones corporales propias de la carnomancia, encabezados por una entidad vagamente humanoide, identificada por el Anunciador como “el Karcista Oar”. El combate se presentó como revancha entre ambos grupos de Combatientes luego de que los primeros derrotasen a los segundos en “un pasado lejano”. Se desconoce si los hechos anunciados son verídicos. El enfrentamiento estuvo igualado a pesar de la clara diferencia numérica -los Combatientes sarkicos parecían carecer de las capacidades regenerativas típicas de estos- aunque la primera agrupación de Combatientes se mantuvo en una formación circular defensiva, repeliendo al segundo grupo durante todo el combate. Las miembros del primer equipo que se separaron de la formación fueron rápidamente eliminadas. Es destacable que, durante el combate, varios Combatientes sarkicos se aproximaron a las gradas, pero una erupción espontanea ocurrió debajo de los mismos, eliminándolos. La lava que salió término cubriendo un cuarto de la arena, eliminando a varios Combatientes. Esta situación se mantuvo por 20 minutos hasta que el Karcista Oar se arrojó contra la formación del primer grupo, rompiéndola. El enfrentamiento duró otros 30 minutos durante el cual las Combatientes del primer conjunto eran superadas en número o se volvían a unir en grupos más pequeños resistiendo por más tiempo. Una sección de las mismas se mantuvo enfrentando a Oar, hiriéndolo múltiples veces. El enfrentamiento finalizó con Oar devorando a la última de las Combatientes del primer grupo, siendo declarado como ganador por el Anunciador. Una vez finalizado el combate, el Karsista se dirigió al Anunciador, exigiéndole que le respondiera donde se encontraba una tal “Freyja”. Al no recibir una respuesta del Anunciador, este arremetió contra el mismo. Una erupción ocurrió justo debajo de él, eliminándolo casi en el momento y luego al resto de Combatientes supervivientes en la arena. El Anunciador en ese momento comentó: “Hoy parece que solo ganamos nosotros, o los que apostaron mejor más bien. |
Nota: Fui parte del Psi-13 y, claro está, del proyecto Sitra Achra, así que ya tengo cierta experiencia lidiando con sarkicos. Por eso mismo me pidieron que estuviese allí para dar mi opinión sobre estos enfrentamientos, junto con otros expertos en el tema. He visto de primera mano las abominaciones que son capaces estos tipos, así que no me fue nada nuevo lo que vi allí. Fueron unos combates grotescos, espantosos y horribles, pero, aun así, emocionantes. Cuando vi entrar al ejército de ese karcista, se me aceleró el corazón de emoción por verlos pelear. El escuchar los gritos, el cómo las hojas cortaban y desgarraban la carne, el chirrido de las garras al arañar los escudos y armaduras hacía que me llenara de júbilo y deseo de gritar mi apoyo. Más de una vez tuve que controlarme para no levantarme del asiento ante las cargas de esos ejércitos.
Recuerdo eso, recuerdo los gritos de exaltación del público que veía como destripaban y se comían vivas a las personas que estaban enfrente de ellos, como si vieran a un futbolista dar un gol. Lo recuerdo, y me da asco –Sargento [CENSURADO]
Tras la Temporada 2017, se registraron múltiples ataques a las entradas y en el interior de SCP-ES-294 entre los que se encuentran:
- Ataques con entidades anómalas o individuos transfigurados a las entradas oficiales de los nexos o dentro de la recepción.
- La destrucción parcial de la sala de juegos del casino por parte de individuos pertenecientes al GdI-004B que lograron ingresar armas entre sus modificaciones mecánicas.
- Un atentado con bombas dentro del hotel que destruyó varias habitaciones en el cuarto piso realizado por activistas mekhanitas.
- La liberación de un león, un tigre, un búfalo, un puma y un rinoceronte en varias partes de SCP-ES-294 por un miembro de GdI-410 por métodos desconocidos (aunque el GdI-410 ha afirmado su hostilidad hacia SCP-ES-294 y la empresa que lo dirige, desaprueba este ataque y reniega del autor del mismo por utilizar animales como armas).
Estos incidentes fueron una consecuencia de la desaprobación general de los GdI involucrados en los anteriores ataques por utilizar a miembros fallecidos suyos en los combates de la Temporada de 2017. Aunque los responsables de los ataques fueron eliminados o detenidos por las instancias de seguridad de SCP-ES-294 y las fuerzas de seguridad de los nexos, y los daños fueron reparados con rapidez, la inseguridad resultante causó una disminución notable de jugadores y huéspedes del hotel-casino y mala fama a la anomalía. Esta situación se puede apreciar en los siguientes titulares:
El Gallo
Pequeña Habana | 11/10/2017 |
Semanas luego del atentado, nadie se atreve a entrar en el casino
UNION
ad certiorem mentem
Eurtec | 28/10/2017 |
Protestantes impiden la entrada a los apostadores
Deer College Odyssey
El Ciervo se Detiene Aquí
TRES PORTLANDS | DOMINGO, NOVIEMBRE 5, 2017 | GRATUITO O DE PAGO |
Ortodoxos locales declaran la guerra contra el Coliseo
Trip Through the BackDoor
Da un Paso Adelante
BACKDOOR SOHO | NOVIEMBRE 17, 2017 | 5¢ - NO DEVOLUCIONES |
Grupo criminal cárnico ataca indiscriminadamente a visitantes del Circenses
The Lighthouse
Tres Pontlands | Noviembre 25, 2017 |
Se reabre el debate sobre la legalidad del Circenses y el Coliseo de Leyendas
Durante esta situación, la gerencia de SCP-ES-294 intento mejorar su visión publica por medio de una mejor seguridad, publicidad en las redes sociales de la Dark Web y varios eventos con poca efectividad. Lo anterior puede observarse en la siguiente publicación:

Circenses Hotel & Casino
⁂CircensesH&C
¿Quieres dejarte llevar por la música? Te invitamos a escuchar a Constelación Starfish14 y dejarse llevar el próximo viernes 10, 17 y 24 de noviembre, con entrada gratuita.
Más Información: ext.ty/5fi55kLVE5
- ECHOES 45
- HUMS 102
8:15 PM – 5 Nom 2017

Maxwellista Promedio
⁂WANFAN
VÁYANSE A LA MIERDA PSICOPATAS #QuemenElColiseo
- ECHOES 25
- HUMS 45
8:16 PM - 5 Nom 2017

Marilyn Jefferson
⁂Mari33
Son unos barbaros. Espero que mueran de manera horrible a manos de un sarkicita #QuemenElColiseo.
- ECHOES 19
- HUMS 34
8:22 PM - 5 Nom 2017
Informantes reportaron que ocurrieron varias entre la gerencia e individuos de gran influencia dentro del GdI-217; destacando especialmente una con Alekséi Volkov que resultó bastante acalorada.
De manera imprevista, se anunció a principios de diciembre que la Temporada 2018 se adelantaría y se realizaría un combate “especial y único” el 1 de enero para “iniciar el año con una nueva cara” según las fuentes oficiales. Este movimiento fue tachado rápidamente de una distracción y una táctica desesperada por parte de SCP-ES-294 para atraer clientes. Algunos informes reportaron que algunas células de varios GdIs estaban planeando un ataque simultaneo a las entradas e interior de SCP-ES-294 en las fechas cercanas al 1 de enero.
Una semana antes de año nuevo, SCP-ES-294 anuncio que los participantes del combate de la Temporada 2018 serían miembros de la Fundación y de la Coalición Oculta Global, y abrieron las apuestas para el enfrentamiento. El cambio repentino en el interés sobre la Temporada no se hizo esperar y se reportó un aumento en la compra de las entradas, reservaciones de habitaciones y cancelación de los ataques. La Fundación y Coalición rápidamente realizaron una queja formal y solicitud de cancelación inmediata del combate que no fue cumplida.
El día 01/01/2018 como estaba anunciado ocurrió el enfrentamiento como se describa a continuación:
[INICIO DEL REGISTRO]
Las gradas de la arena están completas y hay una gran agitación entre la gente. De repente las luces de la arena se apagan para luego iluminar con un único foco al Anunciador.
ANUNCIADOR: ¡Muy buenas noches, tardes y días damas y caballeros! ¡¿Cómo se encuentran?!
Gritos de la audiencia.
ANUNCIADOR: ¡No esperaba ver tanta gente reunida aquí hoy! ¡Pero, ¿Qué más iba a esperar considerando a quienes trajimos?! ¡Quienes aseguran y quienes liquidan! ¡Quienes contienen y quienes destruyen! ¡Todo para proteger a la humanidad de lo paranormal! ¡Hoy, ellos lucharán aquí!
Mientras el público gritaba, las luces de la arena se encienden revelando una estructura de ladrillo de tres pisos que no estaba presente anteriormente.
ANUNCIADOR: ¡Les presento a La Guarida! ¡Un lugar con puertas falsas; giros sin sentidos; escaleras que no llevan a ningún lado; todo perfectamente organizado para que no sepas para donde ir! ¡Pero para ellos esto no es un problema! ¡NO! ¡Ellos entran a lugares peores! ¡Ellos luchan en lugares peores! ¡Ellos mueren en lugares peores! ¡ELLOS TRIUNFAN EN LUGARES PEORES!
El público grita de emoción.
Un portal en el extremo oeste de la arena se abre.
ANUNCIADOR: ¡Seguridad, Contención, Protección! ¡Esas son sus directrices, esas son sus misiones, esos son sus mandamientos! ¡Por esas tres palabras ellos viven y mueren en la oscuridad para que podamos vivir en la luz! ¡Pero cuando la contención no es posible, los llaman a ellos! ¡Cuando la amenaza es demasiado grande, los llaman a ellos! ¡Cuando todo falla, los llaman a ellos! ¡Porque ellos son las armas grandes de la temible Fundación!
ANUNCIADOR: ¡Representando a la Fundación SCP les presento al Destacamento Móvil Armado Ni-7, mejor conocidos como-
Dos camionetas negras ingresan en la arena y se detienen frente de la estructura. De los vehículos descienden 12 individuos armados con ametralladoras de propósito general y portando insignias de la Fundación y del DM Ni-7
ANUNCIADOR: -MARTILLADORES!
Gritos de la audiencia. El portal en el extremo este de la arena se abre.
ANUNCIADOR: ¡¿Y quién puede hacerle frente a la omnipotente Fundación, quienes encierran a dioses y horrores eldricos más allá del entendimiento humano en cajas de hierro?! ¡Pues los mismos que se encargan de matar a esos mismos dioses y horrores! ¡Enemigos desde sus primeros pasos! ¡Aliados cuando no hay opción! ¡Y unos hijos de puta para todo el Velo donde ejercen con su puño de hierro! ¡Líderes del desarrollo para-científico y para-armamentístico, ellos no solo igualan, sino que superan a la Fundación cuando se trata de poder de fuego! ¡Pero ¿serán capaces de vencerlos?!
ANUNCIADOR: ¡Representado a la Coalición Oculta Global de las Naciones Unidas les presento al Equipo de Ataque 3002 de la División PHYSICS de la COG, mejor conocidos como-
Un vehículo blindado militar ingresa en la arena y se detiene frente a la estructura. Del vehículo descienden 12 individuos armados con rifles de asalto y un rifle de construcción desconocida en la espalda, y portando insignias de la COG y cascos azules de la ONU.
ANUNCIADOR: -LLAMARADAS!
Gritos de la audiencia.
ANUNCIADOR: ¡Amigos, la tierra tiembla de emoción al ver chocar a estos grandes poderes en esta arena! ¡En un enfrentamiento que tal vez nunca termine hasta el mismo fin del mundo! ¡Amigos, espero que hayan apostado de la mejor manera, porque este combate empieza (pausa) AHORA!
Ambos grupos de Combatientes ingresan en la estructura apenas el Anunciador anuncia el inicio del combate. Las paredes de la estructura se vuelven translúcidas, permitiendo ver el desarrollo del tiroteo. Ambos grupos ingresan en la estructura por lados opuestos.
El grupo del Ni-7 se dividió en tres sub-grupos de cuatro miembros que revisarían los pisos inferiores y los superiores; el equipo del 3002 realizó algo similar, pero con divisiones de seis integrantes.
Las divisiones se separaron y empezaron a registrar el lugar. El primer encuentro ocurrió en el segundo piso de la estructura, cuando una división del Ni-7 se encontró con una escalera que subía a ninguna parte. Cuando los Combatientes discutían sobre por donde retroceder, una puerta lateral se abrió levemente y un miembro del 3002 arrojó una granada cegadora por el espacio. Los miembros del Ni-7 se dieron rápidamente cuenta del explosivo e intentaron cubrirse subiendo la escalera. Luego que la granada explorase, dejó aturdidos a dos Combatientes que quedaron más abajo en la escalera; los mismos fueron eliminados rápidamente por los agentes del 3002 que salieron. Los otros dos Combatientes restantes del Ni-7 intentaron defenderse pero sin cobertura arriba de la escalera, fueron superados y eliminados.El segundo encuentro se desarrolló cuando una de las divisiones que exploraba la primera planta del Ni-7 sorprendió por la espalda, en un pasillo, a la otra mitad del 3002. Los primeros lanzaron una granada de fragmentación detrás de los segundos. Uno de los miembros del 3002 se dio cuenta del explosivo e intentó regresarlo con una patada mientras alertaba al resto. Como resultado la explosión ocurrió a unos metros más lejos, lo que resultó en dos heridos graves y los otros cuatro leves entre el 3002. La unidad fue obligada a refugiarse detrás de la esquina del pasillo desde donde devolvieron el fuego. Los miembros heridos por la granada no pudieron tomar refugio y se defendieron desde el suelo. Los mismos lograron eliminar a uno y herir a otro miembro del grupo del Ni-7 pero resultaron blancos fáciles que fueron eliminados.
Los Combatientes del Ni-7 se refugiaron en una habitación aledaña al pasillo debido al contraataque. El tiroteo duró unos pocos minutos hasta que dos Combatientes del 3002 rodearon a los del Ni-7, atravesando varias habitaciones conectadas, eliminándolos en conjunto utilizando el rifle desconocido y el rifle de asalto cuando los tomaron por la retaguardia. El arma disparó unos 6 proyectiles en un modo semiautomático que atravesó limpiamente el blindaje de los agentes y mantuvo la energía suficiente como para atravesar la pared. El Anunciador declaró que se acababa de presenciar el uso de un cañón de riel portátil real, pero aclarando que solo tenían 10 disparos antes de que la batería se agotase.
Mientras el anterior encuentro finalizaba, en una zona abierta del segundo piso de la estructura, Combatientes del Ni-7 emboscaron desde arriba de una cornisa a los del 3002, eliminando a tres de ellos. Los otros tres operativos tomaron refugio detrás de unas columnas. Los sobrevivientes del 3002 atacaron utilizando sus rifles de riel, destrozando parte de la cobertura del Ni-7, obligando a algunos a tomar resguardo, pero gastando todas sus municiones de dicha arma. Los miembros del 3002 se retiraron de la sala por una puerta que daba un pasillo que estaba a lado de otras puertas falsas. Los Combatientes del Ni-7 se habían retiraron también buscando una manera de bajar.
ANUNCIADOR: ¡Solo quedan siete destructores y cuatro carceleros ¡Y APENAS PASARON QUINCE MINUTOS! ¡La Coalición está bien armada, pero lastimados y cansados! ¡Mientras que la Fundación, aunque diezmados tienen más energía y munición!
Tras ocurrieron unos minutos mientras los Combatientes recorría la estructura buscándose. En un momento, los Combatientes del Ni-7 se encontraron con los 4 miembros heridos del 3002 en una habitación que poseía varias columnas, iniciando un enfrentamiento. Los miembros del Ni-7 poseían la ventaja, logrando eliminar a uno de los del 3002 hasta que los Combatientes restantes del 3002 ingresaron en la habitación atraídos por los disparos.
El uso de los rifles de riel logró obtener una ventaja sobre los miembros del Ni-7 al destruir las columnas que les servían de cobertura. Lo que los obligó a realizar una ofensiva más arriesgada para remontar el combate, avanzado entre columnas para franquear a los combatientes del 3002. Tras dos minutos de combate, solo dos miembros del sobrevivieron malheridos al encuentro.
ANUNCIADOR: ¡GENTE! ¡LA GRAN BATALLA ENTRE LAS POTENCIAS OCULTAS HA CULMINADO! ¡Y EL GANADOR NO HA SIDO OTRO MÁS QUE LA COALICIÓN OCULTA GLOBAL!
Gritos del publico.
[FIN DEL REGISTRO]
La visión popular mejoró luego de la Temporada, aumentando significativamente el número de visitantes en los nexos donde existe una relación hostil o tensa con la Fundación o la Coalición; y las hostilidades, aunque continúan, estas fueron menos graves. En cambio, la relación entre SCP-ES-294 y su compañía dueña se agravo con la Fundación y la Coalición. Aunque el GdI-217 intentó ofrecer una compensación económica por los daños causados, esta fue rechazada y tanto la Fundación como la Coalición iniciaron una campaña para clausurar a SCP-ES-294 por vía legal o económica.
Actualización: El 10/04/2018, la nueva gerencia de SCP-ES-294 anuncio que cerrarían el 25 de noviembre del mismo año. Se le indico al Departamento de Comunicaciones que continuasen sus actividades hasta esa fecha y se confirmara la neutralización de SCP-ES-294.
El 21/07/2018 hubo una liquidación de activos dentro de SCP-ES-294 donde se subastaron los sarcófagos almacenados en la cripta. La Fundación adquirió dos sarcófagos pertenecientes supuestamente al general cartaginés Aníbal Barca y al señor de la guerra chino Lü Bu. Los análisis de los sarcófagos revelo la presencia leve de Radiación Facetaria en ellos, y en su interior se encontró un cadáver momificado vestido con las armaduras y las armas correspondientes al periodo en que vivieron ambos individuos.
Dos días después se le fue entregado a la Fundación por parte de GdI-217 unos treinta ataúdes marcados con el logo de la Fundación, los mismos contenían un cadáver momificado vestido como un agente de la Fundación. Los análisis de ADN confirmaron que eran los cuerpos de agentes fallidos (la exhumación de las tumbas de los agentes que podían ser comprobadas revelo que no fueron alteradas) de la Fundación de varios Destacamentos Móviles. Junto a los objetos se entregó una disculpa formal de Alekséi Volkov15, en nombre de Kalmiq, Azar y Placer, sobre las ofensas que pudieron haber recibido y entregando los ataúdes como muestra de su arrepentimiento y deseo de una mejor relación entre ambas organizaciones.
El nerviosismo en la nave habanera era palpable. Tanto la tripulación como el capital, quien no dejaba de fumar un cigarrillo tras otro, estaban nerviosos por el encuentro. No era la primera vez que se verían obligados a hacer esa clase de intercambio, pero nunca se sabe que puede pasar con ese tipo de gente. Alrededor del mediodía, un tripulante avistó un barco acercándose por el frente y rápidamente informó al capitán. Este salió de la cabina con unos binoculares en mano y fue hasta la proa de la nave a revisar y observar a un barco pesquero acercándose. El capitán sabía que habían llegado.
El barco pesquero se acercaba a una velocidad constante de 20 nudos16. Cuando estuvo más cerca esa nave, los habaneros pudieron ver sobre su cubierta a varios hombres armados, piratas, y una ametralladora montada sobre la misma. La tripulación tragaba saliva.
El barco pesquero se detuvo a unos dos metros a su babor y los piratas rápidamente engancharon las naves con unas escaleras y abordaron. Su entrada no fue violenta, pero era igualmente intimidante para los habaneros quienes se ponían tensos mientras los piratas recorrían la cubierta.
El último pirata en abordar, uno vestido con unas ropas más limpias y botas, preguntó por quién era el capitán. El capitán habanero, tomando valor, dio un paso hacia adelante y se identificó. El capitán habanero se encontró frente a frente con el capitán pirata, un hombre al cual le faltaba la mejilla izquierda, dejando al descubierto sus dientes, y la carne alrededor del hueco era roja y mal cicatrizada.
El capitán pirata exigió ver la mercancía. Cuando hablo, el capitán habanero se sobresaltó, quitando la vista de la herida de la cara del hombre. Este observó por un segundo el rifle de asalto que traía en la mano y luego lo guio hacia la bodega. Cubierta abajo, se encontraron con varias docenas de cajas de madera apiladas. El pirata sacó un cuchillo, una acción que hizo al habanero palidecer, y lo usó para abrir una de las cajas y revisar su contenido. Botellas de ron de la Pequeña Habana.
El pirata pareció satisfecho y ordenó a sus hombres que cargaran la mercancía en su barco. Estos a su vez obligaron a la tripulación habanera a realizar el trabajo. Cuando terminaron, sin decir palabra, desengancharon las escaleras y se fueron por donde vinieron. Los habaneros pudieron respirar de nuevo cuando vieron desaparecer a los piratas en el horizonte. Habían sobrevivido una vez más a Zaraguas.
El barco zaraguareño recorrió las aguas buscando la entrada a su “hogar” mientras que el capitán zaragueño, Lucio, examinaba una de las botellas que habían obtenido. Tenía una base ancha la botella, en la etiqueta había un dibujo de esos gallos que caracterizan a la Habanita y el liquido ámbar brillaba como una joya bajo la luz del sol. Esa era una botella de una caja de nueve unidades. Como habían acordado una cantidad de 50 cajas, llegaban consigo un total de 450 botellas. Cada botella valía como unos 30 dólares en el extranjero y el triple o el cuádruple dentro de Zaraguas. Y eso solo era una mitad del acuerdo de ese mes, el otro barco ya habrá recogido la otra mitad para entonces. Una gran cantidad de alcohol, y por ende dinero que acababa en los bolsillos de su jefe.
Unos cálculos que se le escapaban a Lucio por su nula educación. Él solo admiraba la botella como uno admiraría una llave de un tesoro ya que, con el líquido de su interior, su jefe había construido un gran negocio dentro de Zaraguas, convirtiéndose en una de las personas más importantes y poderosas del lugar. Tanto era su poder que había llegado a controlar casi todo el Caribe. Un poder que claramente alguien como Lucio codiciaba.
Su concentración en el objeto fue interrumpida cuando la luz que golpeaba contra la botella empezó a opacarse. Al levantar la vista, vio a su timonel dirigir el barco entre la neblina. Lucio guardó la botella de nuevo en su caja y se acercó al timón para observar la situación. Avanzaron por la neblina hasta que esta se fue desvaneciendo a medida que se acercaban a la ciudad. Cuando esta desapareció del todo, el casco destrozado y oxidado del carguero Río Negro les dio la bienvenida a Zaraguas a ese barco pirata.
Avanzaron unos metros hasta llegar al espacio intermedio del carguero con el barco adyacente que servía como muralla de defensa contra el exterior, un portaaviones semihundido estadounidense. Los piratas pasaron entre medio de esos dos cadáveres de naves e ingresaron a los canales Zaraguas.
Barcos que nunca volverían a navegar cubrían toda la superficie del agua. Sobre y entre ellos se levantaban casas de todos los tamaños y formas, conectadas entre sí por multitudes de puentes de madera y chapa, donde la gente de Zaraguas vivía. Los habitantes, gente que vivía en la miseria se asomaba desde las cubiertas de sus barcos-casas para observar a los recién llegados.
Lucio avisó por radio a la base que estaban volviendo y luego se unió al resto de su tripulación en la cubierta para hacer acto de presencia con sus armas. Dentro de Zaraguas nadie estaba a salvo, incluso dentro de su propio territorio no podían estar seguros de no ser atacados por alguna banda rival o oportunistas desesperados dispuestos a todo por sobrevivir. Por lo que demostrar fuerza todo el tiempo era vital para sobrevivir. Que vean que vas armado hasta los dientes para que se lo piensen dos veces antes de intentar algo. Y si alguien se atrevía a atacarlos incluso así, su munición paranormal haría que se arrepintiesen.
Atravesaron el laberíntico nido de barcos que eran los canales, sin quitar el ojo de la gente de los barcos y el dedo del gatillo mientras navegaban, hasta llegar a una barrera. Esa barrera estaba custodiada por hombres más fuertemente armados que ellos. Los guardias reconocieron a Lucio y levantaron la barrera, permitiéndoles pasar. Recién pudieron relajarse cuando entraron bajo la sombra del barco insignia de su banda: El Japonés, un destructor japonés de la segunda guerra mundial que habían sacado del agua y habían convertido en su base de operaciones.
Lucio avisó por la radio de su llegada y ordenó que preparasen las cuerdas para subirlos. Luego, dirigió el barco hacia la aleta de estribor del Japonés hasta detener la marcha bajo la zona de enganche. Lucio informó que estaban listos para subir y le respondieron que las cuerdas estaban bajando. Él y su tripulación esperaron un momento mientras el arnés de la grúa de cubierta descendía hasta sumergirse frente de su embarcación. Lucio hizo avanzar unos metros al barco y lo volvió a detener; ordenó que lo subieran por radio. La grúa empezó a levantar el arnés y con el barco fuera del agua. Se elevaron unos siete metros hasta que estuvieron a la altura de la cubierta del destructor.
En la cubierta los esperaban los descargadores que engancharon la nave con ganchos y la acercaron hasta casi chocar los cascos de las naves. Sin esperar a formalidades, los descargadores y la tribulación de Lucio empezaron a sacar la mercancía e introducirla en El Japones. Lucio supervisaba el trabajo desde su nave hasta que alguien lo llamó.
—¡Mediacara! —le gritó un tipo desde la cubierta del Japonés, llamándolo por su apodo.
Lucio caminó sobre su cubierta hasta acercarse al tipo y preguntarle que quería.
—El jefe quiere hablar contigo. Me dijo que fueras a verlo apenas volvías —le respondió.
Lucio se preguntó que quería ese hombre ahora con él en ese momento. Había estado cuatro días en altamar, tiempo suficiente para que muchas cosas pasaran en su ausencia. Pero no lo iba averiguar estando allí. Puso un pie en El Japones y se encamino hacia el centro del mando del destructor, lugar donde vivía Gabriel Luz, líder de la banda.
En El Japonés vivían alrededor de 200 personas, la mayoría matones de Luz, que servían para proteger el navío y la mercancía que allí guardaban. No había muchos lujos allí abajo, quienes no tenían derecho a un camarote eran obligados a dormir uno sobre el otro en las zonas más profundas del buque, sin mucha comodidad. Aunque eso era mil veces mejor que vivir afuera a tu suerte entre las chabolas. Una situación que se contraponía a la de Luz. Él había convertido el centro de mando en una mansión, con todas las comodidades que se pudieran pedir, lujos y mujeres. Lucio atravesó lujuria con la convivía Luz hasta llegar a su “penthouse”.
Toda la maquinaria del puente mando había sido sacada, el barco no se iba a mover así que sobraba, y fue reemplazada por muebles y decorado lujoso. Lucio se encontró con Luz sentado en su sofá circular junto a una mujer joven vestida de manera provocativa. La mujer se encontraba fumando y mirando a la nada mientras que Luz estaba leyendo un libro. Al notar su presencia, Luz invitó a Lucio a sentarse en un extremo del mueble mientras dejaba el libro sobre la mesa frente suyo. Lucio obedeció la invitación de su jefe y dejó una de las botellas de ron, de las que eran traídas especialmente para él, sobre la mesa.
—Parece que te fue bien —dijo Luz tomando la botella y examinándola — ¡Ey! Levanta ese culo y busca unos vasos para nosotros —Le ordenó a la mujer.
La joven, sin cambiar su expresión, apagó el cigarro y se levantó para cumplir con lo que le mando a hacer su dueño. Lucio la observo con el rabillo del ojo irse y volver con dos vasos para beber. Luz abrió la botella y sirvió su contenido en ambos vasos. Él tomó uno y le ofreció el otro a Lució.
—No hay mejor ron que el habanero, sin duda —declaró Luz tras tomar un trago.
Lucio tuvo que inclinar la cabeza hacia la derecha para que el liquido no se le escurriera entre los dientes. El ardor y el olor dulce característico de ese licor invadió su paladar. Él no sabía cómo sabían otros licores, pero era claro que era mejor que el zaraguaseño que si lograbas trabarlo, lo devolvías vomitando al momento por el asco que le generaba a tu cuerpo tener eso dentro suyo.
Tras un momento de meditación, Luz le informo de las noticias a Lucio:
—Llegaron los “dragones”. Esta noche atacamos. Los otros ya están al tanto, solo faltabas tu. Ve a buscar el arma al coral.
Lucio asintió ante lo que dijo su jefe. Pregunto si necesitaba algo más. Al responderle que no, Lucio se levantó para retirarse bajo la atenta mirada de su amo.
“Dinero, poder y mujeres. La puta buena vida”, pensó Lucio envidiando a su jefe.
Lucio bajo por los pasillos estrechos de ese buque. Todos los otros tripulantes que se encontraban con él se apartaban para dejar pasar al Mediacara, el favorito de Luz. Un reconocimiento que no se lo ganó fácil y prueba de ello era la herida que le dio su nombre. La mayoría cree que algún perro o un hombre lobo se comió la mejilla de Lucio y este en venganza le arranco la cabeza con los dientes. Algo respetable, pero lamentablemente no perdió la mitad de su rostro así. Sino con una barra al rojo vivo y una promesa. Luego fue cumplir orden tras orden, trabajo tras trabajo hasta que Luz le tomó cariño a su “perro malo” que empezaba a ser reconocido por el resto de su gente. Un perro que sabia obedecer y ser paciente, muy paciente.
El Mediacara descendió hasta llegar al cuarto de máquinas del destructor. Las antiguas calderas oxidadas que en su día movieron esa nave ahora permanecían como reliquias obsoletas de su era. Un lugar derruido que cambiaba de manera radical a mitad de la sala, donde el olor a podredumbre se mezclaba con la sal de mar. Tras la segunda caldera había una zona del buque que podría describirse como invadida por el fondo marino. Decenas de diferentes corales cubrían cada centímetro de pared, suelo y maquinaria. Algunos corales eran tan o más grandes que una persona, extendiéndose más allá de lo que permitiría la nave en una oscuridad abismal.
A pesar de estar fuera del agua, los corales se veían muy sanos y vivos, tanto que había que traer semanalmente a dos personas para retirarlos para evitar que tomaran todo el cuarto de máquinas y se expandieran por el resto de la embarcación ¿Por qué permitiría Luz que algo así dentro de su barco? El podría clausurar esa zona o destruir el coral y eliminar el problema, pero esa sería desperdiciar el lugar y al “guardián” de allí.
Lucio iluminó la oscuridad con una de las linternas dejadas allí desde el límite del coral. Fue pasando el haz de luz por los diferentes corales hasta que notó una irregularidad. Una parte de un coral no parecía coincidir del todo con el resto de la planta. Mantuvo iluminada esa irregularidad un minuto hasta que empezó a moverse y cambiar de color. De un momento a otro, todo el coral se había transformado en un ser rojo que observaba a Lucio.
Un pulpo gigante de más de 10 metros que sirve de guardián para esa zona. El pulpo movía sus tentáculos de forma hipnótica mientras avanzaba lentamente hasta Lucio. El hombre, sin inmutarse, le reclamo los “dragones” al ser. Este se movió alrededor de Lucio hasta retroceder y desaparecer en la oscuridad.
Luz tenia tres lugares donde guarda sus cosas dentro del Japones. El primero era su caja fuerte en el centro del mando, donde dejaba las cosas importantes que quería tener a mano. Luego estaba la bóveda de seguridad bajo cubierta donde almacenaba una buena parte de su fortuna como también las mercancías más valiosas. El alcohol se almacenaba a lado de esa bóveda. Y luego estaba el coral, donde dejaba al cuidado del pulpo las cosas aún más importantes y valiosas, y poderosas que posee Luz. Lucio no sabía cómo habían hecho para que el pulpo obedeciera, pero seguía todas las indicaciones de Luz sin objetar. Era útil ya que nadie más que pulpo sabía o podía volver del coral, así que nadie podía llegar a robar sus cosas. Solo tres personas podían solicitarle objetos al pulpo: Luz; Fernández, el segundo al mando de Luz; y Lucio.
Tras unos minutos, el pulpo volvió a aparecer entre los corales. Extendió uno de sus tentáculos y le entregó un estuche largo a Lucio. Este lo tomó, haciendo algo de esfuerzo para separarlo de las ventosas del animal, lo puso en el suelo y lo abrió.
Una escopeta de corredera decorada con imágenes de dragones orientales junto con doce cartuchos igualmente decorados había en su interior. Tras comprobar su contenido, cerró el estuche y vio el nombre grada en la tapa del mismo: La Fábrica.
Una vez obtenida el arma, agradeció su amabilidad al pulpo y se retiró para prepararse para esa noche.
Una noche sin luna cubrió Zaraguas. Era una de esas noches de las cuales sus habitantes sabían que muchos no iban a ver el día siguiente. Así que con un ojo abierto y un arma en mano se resguardaron en sus casas-botes para cuidarse de quien sea. Y entre la oscuridad un bote sin motor avanzaba entre los canales de la ciudad hasta detenerse en el final del canal y abordar una de las embarcaciones. Su dueño sintió como varios hombres subían en su propiedad. Él, empuñando con fuerza un revolver, observo por la ventana.
No se veía casi nada afuera y los pocos faroles que había solo iluminaban un metro o dos. Pero logró visualizar la figura de varios hombres, armados con rifles de asalto, que lo habían invadido. El hombre temió por su vida, pero afortunadamente esos hombres no estaban interesados en él, por lo que avanzaron abandonado su barco.
Lucio con sus hombres iba recorriendo las cubiertas para llegar a hasta su objetivo. No tenían luces, por lo que tenían que cuidar cada paso para no caer en las aguas oscuras de Zaraguas. Pero esa era una actividad que no les era extraña, por lo que no tuvieron problema en hacerla. La noche estaba silenciosa, no podían escuchar ningún sonido más allá de sus pasos sobre la madera y la chapa. Un disparo sonó a lo lejos, haciendo parar al grupo un momento. No sabían quién había disparado, pero eso había marcado el inicio de esa noche.
Esos piratas siguieron pasando de nave en nave, intentado no llamar la atención, mientras los disparos en la distancia surgían de manera esporádica en el ambiente. En un momento, cuando abordaron un viejo velero, escucharon un grito cerca suyo. No lograron ver al sujeto bien, pero notaron como la silueta de alguien había salido de la construcción sobre el barco para enfrentarlos con un machete. De manera instintiva, Lucio disparó al individuo.
Las armas de los matones de Luz suelen tener una clase especial de munición conocida como “balas cupido”. Esta munición paranormal tiene la característica de que las mismas siempre impactan en el corazón más cercano en la trayectoria en la que apuntes. Es una munición poco usada por las organizaciones ocultas ya que tiene el riesgo de desviarse demasiado y no dar al objetivo deseado, o herir a civiles o ha aliados, necesitando de una placa especial sobre el pecho para que las balas ignoren a los aliados y al propio usuario. Pero para gente que no le importa el daño colateral, es perfecta para ellos.
El individuo con el machete cayó luego de recibir unos 4 disparos en el corazón. Lucio se acercó para revisar al sujeto. No parecía del todo humano ya que tenia mucho pelo y músculos más grandes que una persona normal. El machete que aún tenía en su mano parecía común, pero las cosas anormales no se ven muy diferente de las normales muchas veces. Se oyeron pasos pesados subiendo por debajo de cubierta. Los piratas se prepararon y dispararon muchas balas sobre el individuo que había subido a cubierta. El sujeto cayó por la borda a causa de los disparos y los tiros que no lograron darle se dirigieron a otros blancos. El cuerpo de esa persona se hundió en las aguas negras de Zaraguas como una roca. Todo lo que se hundía en esas aguas jamás volvía a la superficie sin importar si podía flotar o no. Si caía en el agua, las aguas lo devoraban.
Lucio ordenó a sus hombres dejar de distraerse y avanzar mas rápido. Olvidando el cuidado, empezaron a correr entre las naves. Lucio empezó a notar que la zona estaba cada vez mas iluminada por lo que supo que estaba cerca. Pararon sobre un barco de cangrejos y Lucio escaló la cabina de mando y observó el panorama desde el techo.
Una gran cantidad de naves con iluminación eléctrica estaban más adelante. Podía ver a hombres recorriendo las cubiertas haciendo guardia o holgazaneando. Era la zona de la banda rival a la suya, su destino. Lucio dejó el rifle a un lado y empuñó la escopeta.
La zona de esa banda rival no tenia una base central como tenía Luz. Eran un gran cumulo de muchas naves, alrededor de 50, grandes y pequeñas. Por lo que la mercancía debía de estar repartida en varios barcos o en uno de los barcos centrales. Para descubrir donde estaba dicha mercancía, necesitarían tomar cada una de las naves, algo inviable ya que necesitarían mucha gente y armamento para avanzar y defender cada posición. Incluso si atacasen con todo, podían hundir algunas embarcaciones intermedias para separarnos y evitar su avance o retirada. Pero había un método más fácil de eliminarlos del mercado sin necesitar muchos efectivos.
Lucio apoyó el arma en su hombro y disparó la escopeta hacia las naves. Una gran luz dorada apareció que ilumino esa noche sin luna. Todos los que estaban cerca cuando el arma se disparó tuvieron que cerrar los ojos debido a lo brillante que fue el disparo. Pero quienes estaban a la suficiente distancia pudieron observar como un dragón aparecía y devoraba cada nave a 250 metros de distancia desde donde nació. Cuando inclinó la cabeza la bestia de fuego, chocó contra un barco y murió con una gran explosión que sonó como un gran rugido que alarmó a media Zaraguas. Cuando Lucio pudo recuperar la vista tras el destello, pudo admirar como todos los barcos frente suyo estaban en llamas.
Era más fácil quemarlo todo a buscar en barco en barco.
Lucio saltó del techo de la cabina, sintiendo un ardor masivo en todo su cuerpo, y empezó a correr con los suyos para buscar otra posición para disparar. El pánico no se hizo esperar y los gritos de alarma de sus rivales comerciales inundaron la noche. Atravesaron unos 200 metros de cubiertas, disparando a todo aquel que salía a ver que ocurría y se ponía en su camino. Llegaron hasta otra posición óptima para disparar. Lucio subió a una torre de radio de un barco pesquero y disparó la escopeta de nuevo hacia las naves, esta vez cerrando los ojos antes.
El gran dragón volvió a aparecer haciendo un arco durante su recorrido. El fuego llovió sobre cada nave a 500 metros de distancia hasta descender y rugir con furia junto a los gritos de desesperación de esos piratas. Quienes intentaban apagar el fuego fracasaron miserablemente ya que ardía con una furia infernal, consumiendo todo y a todos que estuviera cerca suyo. Muchos fueron arrojados al agua o se vieron obligados a saltar para intentar salvarse del fuego solo para ahogarse bajo las olas insaciables. La luz del incendio capto la atención y preocupación de casi toda Zaraguas.
Antes que Lucio pudiera bajar de la torre, varios piratas rivales lo habían localizado y empezaron a dispararle. Sin pensarlo mucho, Lucio saltó de la torre al techo de la cabina de mando de la nave. No tuvo un aterrizaje perfecto y se golpeó contra el techo de la cabina. Estuvo un segundo aturdido hasta que rodó y cayó sobre la cubierta, estrellándose contra ella. Estuvo unos momentos en el suelo desorientado, gimiendo levemente por el ardor y dolor que cubrían cada parte del frente de su cuerpo, hasta que uno de sus compañeros lo sentó y le dijo que tenían que avanzar. Recuperando un poco el sentido, Lucio puedo apreciar como los estaban atacando y que sus compañeros le estaban dando fuego de cobertura.
Con esfuerzo pudo parase y empezó a correr entre las naves, esquivando las balas. En algunos momentos, Lucio casi se resbalo, arriesgándose a caer en las aguas o perder su escopeta. Pero pudo equilibrarse rápidamente y continuar. Él no iba a morir ahogado ni de otra manera. Él iba a pararse un día sobre la cima del Japonés e iba a hacer ser el capitán de ese barco y no de uno pesquero.
Recorrió otros 200 metros de cubiertas hasta chocar con una pared hecha del casco de algún barco. Sin poder avanzar más para rodear la zona de sus rivales, apuntó hacia arriba y disparó una vez más. El gran dragón hizo un arco más grande esta vez, haciendo que la lluvia de fuego fuera más amplia. Luz admiró desde la cima del centro de mando del Japones el vuelo del dragón dorado con un vaso de ron en la mano. Cuando cayó, la bestia devoró las últimas naves que quedaban intactas con una gran ira.
Esa noche fue iluminada por la gran hoguera de más de 50 embarcaciones. Las personas cercanas al incendio tuvieron que hundir algunas naves para evitar su propagación, sin importar si sus dueños las habían abandonado o no las mismas. Mientras la gente corría huyendo o intentado detener el fuego, un hombre con la cara roja como si hubiera sido quemado por el sol y con solo la mitad de su rostro fue atravesándolos con una escopeta en mano, yéndose del lugar. La gente sabía quién era y para quien trabajaba. Había quedado claro el mensaje.
El sol empezó a salir mientras el humo de los barcos iba desapareciendo cuando los mismos eran reclamados por las aguas. En un pequeño barco recreativo lejos del incendio, un hombre cansado miraba por la ventana las columnas de humo. Él intentaba distraerse de lo que había pasado esa noche y de sus compañeros gimiendo de dolor por las quemaduras cerca suyo. Habían logrado huir del fuego y salvado unas cajas de mercancía, pero habían perdido todo lo que tenían. Armas, recursos, dinero y refugio en unas pocas horas. Solo quedaba lo que había en ese barco, una miseria.
El pirata estaba inseguro de lo que iba hacer ahora. Lo más fácil era abandonarlos e intentar unirse a otra banda ya que no iba a poder sobrevivir por su cuenta. Podía intentar vender lo último de mercancía a bajo precio y tener un colchón, pero ahora que eran donnadies y estaban expuestos al robo, sin mencionar que eso podría llamar la atención de Luz y hacer que mande al Mediacara a terminar el trabajo.
Uno de sus compañeros soltó un gemido más alto que el resto, atrayendo la atención del pirata. Había otras cinco personas con él, todos con quemaduras de tercer grado grandes en el cuerpo. Los que estaban ilesos o menos heridos se fueron antes de que saliera el sol. Él debería hacer lo mismo, lo sabía, pero no sabía a donde ir luego de allí, lo que había retrasado su salida. Volvió a mirar por la ventana para meritar sus próximas acciones cuando vio a un sujeto apuntándole con un rifle desde afuera.
El hombre disparó varias ráfagas de balas cupido hacia el barco, matando a todos los que había adentro con disparos continuos al corazón. Una vez gastado el cargador, Lucio, quien estaba quemado por usar los alientos del dragón, y uno de sus hombres abordaron la nave. Se encontraron con los cadáveres quemados de lo quedo de sus rivales y la poca mercancía que sobrevivió. Lucio se acercó a unas de las cajas, la abrió y sacó una botella de su interior. Era más pequeña y delgada que una de ron y estaba llena con un liquido amarillo que le recordaba a la orina. Se llamaba cerveza si no mal entendía.
Abrió con un poco de esfuerzo la tapa de la botella y bebió un poco de su contenido inclinado su cabeza hacia un costado. Saboreó el sabor del licor y lo escupió. Luz tenia razón, el ron habanero era el mejor que había. Tiró la botella al suelo y Lucio salió del barco con sus hombres.
Al desbordar, rompió las tablas que unían el barco son su vecino y empezó a disparar munición convencional al casco del barco. Descargó un cargador entero sobre la embarcación, convirtiendo su casco en un colador. Se quedaron unos minutos observando cómo se hundía en las aguas oscuras de Zaraguas junto con los cuerpos y el alcohol. Luego, el Mediacara se retiró del lugar estando satisfecho de haber eliminado a la competencia. La competencia que él hubiera tenido en el futuro.